Emoción sin pólvora

AGENCIAS
-

Athletic y Shakhtar protagonizan un encuentro muy igualado al que tan solo le faltó el gol (0-0)

Emoción sin pólvora - Foto: VINCENT WEST

El Athletic de Bilbao empezó ayer su andadura en la presente edición de la Liga de Campeones con un empate sin goles ante el Shakhtar Donetsk en un partido de vértigo, en el que ambos equipos tuvieron ocasiones para mover el marcador y en el que a nivel global la igualada fue un resultado justo.

Los ‘leones’ estaban avisados con el conjunto ucraniano, ya que el bloque de Mircea Lucescu fue el encargado de darle la ‘bienvenida’ a la Real en la pasada campaña derrotándola por un contundente 0-2 en Anoeta. Los bilbaínos, que volvían a la máxima competición europea 16 años después, no querían empezar su camino en la Champions con derrota, y menos en su fortín del nuevo San Mamés, que si bien no se llenó, presentó una magnífica entrada para una ocasión tan señalada.

Por todo ello, la escuadra rojiblanca empezó intimidando. Lo hizo en una jugada que se convirtió en un patrón para tratar de atacar a la defensa ucraniana. Balón a la banda derecha para la incorporación de De Marcos, que la pone en el área en busca de Aduriz o de una segunda jugada. En esta primera ocasión, ocurrió el segundo supuesto y, tras un rechace, Mikel Rico, desde el punto de penalti, mandó la pelota demasiado desviada de su objetivo.

Tras ese arreón inicial, el Shakhtar fue cogiéndole el pulso al enfrentamiento. Los ucranianos siguen fieles al estilo de juego de los últimos años, muy verticales, con una presión intensa en la fase de generación del juego del rival y primando las transiciones ofensivas a toda velocidad.

 Antes de los primeros 20 minutos, los de Lucescu avisaron con un par de ocasiones que hicieron trabajar a Gorka Iraizoz. Primero Stepanenko, con un disparo lejano, y luego el croata Srna, con un ‘centro-chut’ que se envenenó desde la derecha del ataque, probaron los reflejos del guardameta vasco.

Fueron unos minutos en los que el conjunto bilbaíno pagó un poco la ‘novatada’ de regresar a la élite continental, hasta que una falta lanzada por Ibai, que casi se cuela por la escuadra de la portería de Pyatov, volvió a meter a los ‘leones’ en el partido. Presionando con inteligencia y eficacia al equipo del este de Europa, los hombres de Ernesto Valverde fueron haciéndose, poco a poco, con el control del juego.

 Sin embargo, el Shakhtar aún le dio un susto importante al bloque local antes del descanso, pero Laporte estuvo providencial al cortar un pase atrás desde la banda izquierda del ataque ucraniano. Esa ocasión dio origen a una segunda parte de ida y vuelta en la que los acercamientos de ambos bloques se fueron sucediendo.

Acción-reacción. Los siguientes 45 minutos del duelo fueron extraños, puesto que desapareció por completo el centro del campo, y el encuentro se convirtió entonces en una sucesión de ataques cortos y vertiginosos por parte de ambos conjuntos. E igualados. Con efectos de acción-reacción constantes.

Si el Shakhtar pedía un penalti en el minuto 61 por mano de Laporte -que lo fue-, el Athletic pidió otro sobre Aduriz -que también lo pareció-; si los ucranianos hacían trabajar a Gorka Iraizoz, los vascos llegaban con peligro en el minuto siguiente.

El ritmo del enfrentamiento acabó decayendo en el último cuarto de hora fruto del cansancio de los protagonistas y de la intensidad del choque y el marcador final no sufrió alteración alguna con respecto a como empezó.

Un punto que pone a los vascos en una buena situación teniendo en cuenta que su segundo partido es contra la ‘cenicienta’ del grupo, el Bate Borisov bielorruso, que empezó cayendo estrepitosamente (6-0) ante el Oporto.

El argelino Yacine Brahimi fue la gran figura de la sorprendente goleada lograda por el conjunto portugués. Brahimi anotó tres goles en una noche soñada para los locales y redondeada por el colombiano Jackson Martínez, el español Adrián y el camerunés Vincent Aboubakar.