Fandiño abre la puerta grande en la despedida de San Antolín

Manolo Illana
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Triunfador. El de Orduña cortó tres orejas en un encierro en el que, por su categoría, destacó el tercero de la tarde, que recibió los honores de la vuelta al ruedo. También hubo trofeos para Padilla y 'El Fandi'

Fandiño a hombros en Palencia. - Foto: Óscar Navarro

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 Así torean las figuras, como Fandiño en este soberbio derechazo al toro que desorejó y al que más tarde las mulillas dieron la vuelta al ruedo.
Así torean las figuras, como Fandiño en este soberbio derechazo al toro que desorejó y al que más tarde las mulillas dieron la vuelta al ruedo. - Foto: Óscar Navarro
 Inicio de una de las faenas de Juan José Padilla.
Inicio de una de las faenas de Juan José Padilla. - Foto: Óscar Navarro
 Con esta tranquilidad lanceó ‘El Fandi’ a uno de sus astados.
Con esta tranquilidad lanceó ‘El Fandi’ a uno de sus astados. - Foto: Óscar Navarro
Fandiño  y Bañuelos junta a Carlos Martín Santoyo y Manolo Illana en 'Toros en Palencia'.
Fandiño y Bañuelos junta a Carlos Martín Santoyo y Manolo Illana en 'Toros en Palencia'. - Foto: Óscar Navarro
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Toreros
Juan José PADILLA. De negro y oro. Cortó con fuerza la oreja de su primero al que mató de un exacto volapié. Se le pidió con fuerza la oreja de su segundo, viéndose obligado a saludar desde los medios. Lo mató de dos pinchazos y una entera.
David Fandila ‘EL FANDI’. De azul y oro. Saludó desde el tercio después de matar a su primero de casi entera y dos descabellos. Oreja en el quinto (segundo sobrero de la tarde), al que pasaportó de estocada casi entera.
Iván FANDIÑO. De grana y oro. Dos orejas de su primero al que despachó de un soberbio volapié. Cortó otra oreja al sexto de la tarde (primer sobrero), al que mató de pinchazo y entera. Salió a hombros.
Incidencias
Otra tarde en la que el calor cobró protagonismo y en la plaza casi dos tercios. El primer toro de Fandiño fue devuelto apenas hizo acto de presencia. Sin llegar a derrotar se desplomó. El de Orduña corrió turno, saliendo el sexto. También fue devuelto el quinto toro de Bañuelos, siendo sustituido por el segundo sobrero, de José Luis Pereda.
 
Punto y final. Adiós al San Antolín taurino de 2014, último festejo en el que otra vez se abrió la puerta grande y en el que, como aliciente importante, se dio la vuelta al ruedo a uno de los toros con el hierro de Antonio Bañuelos, ganadería triunfadora más de una temporada. Y en ésta no quería irse de vacío. Última corrida con la Plaza cubierta en algo más de su mitad y que no pudo tener un principio más palentino con la interpretación del himno a Palencia, con el público puesto en pie. Los toreros al frente de sus cuadrillas, desmonterados, lo escucharon con emoción en el  mismo centro del ruedo antes de finalizar el paseíllo.
Tarde de toros que era esperada con la animación que la terna anunciada produce en cuantas plazas hacen el paseíllo. Abriendo cartel un Juan José Padilla al que no solo por los graves percances sufridos, sino por cómo está en los ruedos, el público le respeta, quiere y admira. Toreó con gusto a sus dos enemigos con el capote, al segundo de su lote con larga de rodillas en el recibo. Banderilleó con sabiduría y poder, ejecutando pares de distinta clase pero siempre clavando arriba. Dos faenas de distinto contenido dadas las condiciones de sus enemigos. Palencia volvió a ver la entrega de Padilla al que premió con la oreja del primero de su lote.
Segundo paseíllo en Campos Góticos de El Fandi que regresó a Palencia en busca otra puerta grande. Entrega y disposición no le faltaron, detalles que el público agradeció aplaudiendo con fuerza sus formas y maneras. Brilló con luz  propia lanceando con el capote y, por supuesto, en dos segundos tercios que levantaron al respetable de sus asientos. Entereza física y dominio total y absoluto clavando de muy distintas formas excelentes pares. A sus manos la oreja del segundo del lote.
Punto y aparte para la gran tarde de Iván Fandiño. Habría que escribir con mayúsculas y pocas palabras lo mucho, bueno y muy torero que el de Orduña realizó en el ruedo de Campos Góticos. Desde el saludo capotero a sus dos toros, hasta las estocadas recetadas, todo lo que hizo con la muleta sobre sus dos manos tuvo ese algo trascendente del que siempre gozan las figuras. Ritmo, mando, colocación, querer, valor y técnica fueron las claves del triunfo que ayer Palencia vivió en su Plaza de Toros como despedida del ciclo.