La cosecha superó un 35% la media de los últimos 10 años

ALBERTO ABASCAL
-

El presidente regional de Asaja, Donaciano Dujo, critica la decisión de Azucarera Ebro de «romper» el acuerdo de precios de contratación y advierte de un abandono del sector

La cosecha superó un 35% la media de los últimos 10 años - Foto: Óscar Navarro

El presidente provincial de Asaja,  Honorato Meneses, confirmó ayer en el hotel Castilla Vieja, durante la celebración del balance anual  llevado a cabo por la organización agraria que preside, que 2018 pasará por ser un año bueno en términos generales en cuanto a la cosecha de cereales se refiere, al cifrarse en 1,3 millones de toneladas recogidas, un 35% más que la media de los últimos diez años, a lo que habría que añadir que los precios «también han acompañado». 

De hecho, los precios de los cereales continúan mirando hacia arriba en gran medida por la fuerte caída de la producción en las regiones productoras europeas, según el último informe de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (Accoe). 

El líder provincial de Asaja resaltó en su valoración anual que en el sector de forrajes (40.000 hectáreas de alfalfa sembradas en Palencia y 35.000 de vezas) se ha comportado bien, especialmente por su enorme vocación exportadora. «La salida al mercado de la paja ha sido buena en líneas generales y en este sector tenemos que alabar la presencia de la industria  transformadora, lo que implica que el valor añadido del producto se quede en la provincia», explicó.

En cuando a las oleaginosas (38.000 hectáreas), Honorato Meneses resaltó la excelente cosecha registrada, con grandes producciones en algunas comarcas de la provincia, aunque lamentó los bajos precios debido, a su juicio, al monopolio existente en este sector.

En cuanto a la remolacha, el líder provincial de Asaja apuntó que en los últimos diez años se ha pasado de unas 9.000 hectáreas sembradas a las 2.000 actuales. En este sentido, coincidió con el presidente regional de la organización agraria, Donaciano Dujo, quien criticó la decisión de la empresa Azucarera Ebro de «romper unilateralmente» el acuerdo de precios de contratación fijado en diciembre de 2014 en 42 euros por tonelada de remolacha y suprimir los 6 euros de ayudas complementarias, para contratar el próximo año a 36 euros por tonelada. De hecho, Dujo advirtió  de que las consecuencias de esta medida pueden ser muy graves, ya que a ese precio a los agricultores «no les saldrán las cuentas y dejarán de sembrar este producto».

Además señaló que si la cooperativa ACOR puede seguir pagando la tonelada a 42 euros hasta el año 2022, «también lo debe hacer Azucarera y se le tiene que exigir» porque, en caso contrario, «los agricultores serán libres de no sembrar o de vender a ACOR». Donaciano Dujo ha sido muy duro con los ingleses que gestionan Azucarera y ha recordado que tan solo quedan 25.000 hectáreas sembradas de remolacha en Castilla y León y 3.300 agricultores que cobran 42 euros por tonelada.

Por otra parte, recordó que la próxima semana se cobrará el 45 por ciento de los pagos de la PAC en casi todas las líneas, cantidades que se suman a las percibidas en octubre y que se completarán en marzo o abril de 2019. Sin embargo, precisó que esto es lo único positivo, ya que todo lo relacionado con la negociación de la futura PAC es «una vergüenza» por la demagogia y la incertidumbre que se está generando desde la Unión Europea.

En cuanto al sector de la patata, las 825 hectáreas (la mitad de las que había hace diez años) dio una cosecha más que aceptable, mientras que en el sector de la ganadería, si  las exportaciones se han mantenido notablemente, los precios de la leche de vacuno siguen bajos a diferencia con otros países productores de la UE, a juicio de Honorato Meneses.

Peor parado dejó al sector del ovino que, según Meneses, ofrece precios «irrisorios» y, además, alertó de que no existe un relevo generaciones en este sector, lo que le llevará «a un desastre».

Honorato Meneses no quiso dejar pasar el problema de los pedriscos que el pasado verano afectó a una buena parte de la provincia. «Unas 60.000 hectáreas se vieron afectadas y un 85% de las mismas se vieron amparadas por los seguros», pero recordó que las administraciones competentes han trabajado «poco o nada» para conseguir que los afectados tuvieran mejores ventajas fiscales. 

Por último, apeló a seguir con la modernización de las explotaciones de regadío «porque hay que mirar al futuro» y defendió el uso de los fertilizantes para mantener algunas producciones que son básicas.