Los robos y pequeños hurtos hacen temblar los negocios

diariopalentino.es
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En lo que llevamos de 2015 se han denunciado en la capital palentina once sustracciones en establecimientos aunque son muchos más porque no siempre se acude a la Policía

 
«Me llevan a la quiebra». Con estas palabras inicia su denuncia P. I., propietaria de dos supermercados en la ciudad de Palencia, que en los últimos diez días han sido objeto de robos prácticamente todos los días. Cuatro de ellos cometidos por los  mismos individuos. 
Mientras muestra en un monitor las imágenes de las grabaciones de las cámaras de seguridad de las últimas sustracciones, hace el cálculo y las cuentas que hasta ahora no ha tenido valor de echar: revelan que el importe de lo sustraído ronda los 4.000 euros. Confiesa que con esas pérdidas este mes no tendrá ganancias. «Me quedo sin mi sueldo porque a los empleados y proveedores tengo que pagarles, y encima sumo pérdidas», se lamenta. Entre el 1 de enero y el 25 de febrero de este año se han denunciado en la capital palentina once robos en establecimientos, frente a los cinco del mismo período de 2014, según datos a los que ha tenido acceso la Agencia Ical. Además, se registraron otras 33 denuncias por robos llevados a cabo con el uso de la fuerza en las cosas, mientras que de enero a finales de febrero del pasado año fueron 15 los casos denunciados.
Se ha detenido a cuatro personas y la Policía investiga si alguna de ellas podría haber estado implicada en más de un robo. En el mismo tiempo, el pasado año se arrestó a tres personas. 
La propietaria de los supermercados puntualiza que el número de denuncias no se corresponde con el de robos. «Es mucho más elevado». Añade que no siempre presenta denuncia; si el ladrón es pillado in fraganti se le da la oportunidad de pagar lo sustraído. Eso ha pasado esta semana con la presencia de la Policía, lo que le ha permitido recuperar por primera vez el valor de lo robado.
En otras ocasiones, explica, el importe del hurto es tan pequeño que no merece la pena acudir a la Comisaría, mientras que otras ni siquiera se da cuenta, aunque distintos indicios, como envases vacíos o precintos rotos, revelan más tarde los hurtos.
 
Pérdidas mensuales de 3.000 euros. La propietaria de estos supermercados asegura que el nivel de robos «es muy alto» y que solo con una vigilancia constante y muy minuciosa se consigue rebajar. Apunta que uno de sus establecimientos llegó a acumular pérdidas por robos de hasta 3.000 euros mensuales que ha logrado rebajar hasta los 1.000 gracias a la colocación de cámaras de vigilancia y la permanente presencia de personal de las tiendas en los pasillos y diferentes departamentos del local.
Confirma que con la crisis se incrementaron los robos, aunque con indignación describe que los artículos que más «gustan» a los ladrones no son los de primera necesidad. Tienen predilección, añade, por los loncheados de alta calidad, como ibéricos, las bebidas alcohólicas y los productos de perfumería y cosmética.
Entre los ladrones hay vecinos de la ciudad, en apariencia personas corrientes que suelen ir bien vestidas, aunque también roban bandas organizadas, revela.
A una de ellas podrían pertenecer dos individuos que la semana pasada robaron dos veces en cada una de sus tiendas: «Vinieron una primera vez a uno de los supermercados, robaron y regresaron vestidos con otra ropa para robar más. Hicieron lo mismo en el otro, pero allí llegaron a entrar también en el almacén y robar una cartera de una taquilla; se llevaron en total casi 1.000 euros».
Dejaron vacía la estantería de las latas más caras, las de berberechos, de las que se llevaron hasta 50 y sustrajeron numerosas botellas de alcohol a las que  previamente cortaron los precintos.
 
Satisfecha con la Policía. La propietaria de estos establecimientos dice estar satisfecha con la respuesta de la Policía cuando llama, pero es consciente de que no pueden hacer mucho más de lo que ya hacen. «Siempre vienen, visualizan las imágenes de las cámaras, tratan de identificar a los ladrones, me informan de todo pero aunque consigan detenerlos todos sabemos que enseguida van a volver a la calle y a cometer más robos», se lamenta.