El olor indica que en la plaza de la Inmaculada hay buenos alimentos. Y es que este es el lugar elegido para anclar las casetas del Mercado de las Viandas que se celebra por primera vez en Fiestas y que, como aseguraban desde el Ayuntamiento, tiene un doble objetivo; por un lado poner en valor la plaza de la Catedral y, por otro, recuperar un mercado que antaño se instalaba en otro punto de la ciudad, en el entorno de la Plaza de Toros.

Así a medida que uno se acerca a las 22 casetas instaladas en esta céntrica plaza empieza a llegarle el olor de los embutidos y quesos que se comercializan en algunos de los stands. Y es que en esta feria la alimentación es la gran protagonista, con productos como las cecinas, los chorizos, los quesos de varios puntos de la geografía nacional, los sobaos y las quesadas, las conservas y los encurtidos, los panes e incluso gominolas sin azúcar para los más golosos o los diabéticos.

Todos tienen una característica en común y es que son cien por cien españoles. A los pies de la Catedral podemos hacer la compra y llenar el carro con productos como bonito del Norte y anchoas de Santoña, repostería llegada de Sanabria, quesos de varias localidades cerrateñas, jamones y otros embutidos de Guijuelo o quesos extremeños, así como vinos e incluso sangría.

Pero no solo hay productos con los que llenar la despensa, sino con los que hacer que nuestra cocina esté completa. Y es que hay casetas en las que adquirir cuchillos y afiladores de Albacete, sartenes para cocina sana, productos de sal que sirven para quitar todo tipo de manchas e higienizar las estancias, e incluso fregonas superabsorbentes para dejarlo todo como los chorros del oro después de cocinar.

Este Mercado de las Viandas abre sus puertas de 11 a 15 y de 18 a 22 horas y podrá visitarse hasta el 6 de septiembre.