Ni vestiduras rotas, ni campanas voladoras

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Ni vestiduras rotas, ni campanas voladoras - Foto: DP

Llegó  la primera derrota del Becerril con un resultado contundente que ni mucho menos refleja la igualdad del encuentro en Almazán. En el seno del club morado, los triunfos y las derrotas se asumen con naturalidad. Si llegan las victorias, se celebran y a pensar en el partido siguiente. Cuando se cae, se analiza y se corrige. Nada de rasgarse las vestiduras.

Eso debe ocurrir también en el  Danisa Cristo Atlético. Al equipo morado capitalino sólo le hace falta tiempo, tener paciencia y un poco de fortuna. Es difícil de asimilar cuando el equipo sólo ha sumado dos puntos y dos goles, pero en estos momentos no hay que fijarse tanto en la clasificación. Cuando logre madurar, dará mucho que hablar. Tampoco es que los colegiados le estén ayudando mucho. Segunda visita y segundo penalti no cobrado.

Si no hay que rasgarse las vestiduras por estas derrotas en el arranque de la temporada, tampoco los triunfos deben hacer lanzar las campanas al vuelo. Cierto es que el Deportivo cada vez está más fuertes, que ha confirmado que es uno de los candidatos al play-off, que tiene ratos de un gran fútbol, pero queda mucha liga y todavía comete errores que ante rivales de más fuste, como sucedió ante la Segoviana, le pueden costar caro.

Danisa Cristo Atlético y Deportivo Palencia Balompié tienen este año una doble cruzada. Por un lado, ganar batalla tras batalla cada siete días en forma de puntos y, por otro, incluso más importante, conseguir cada quince días el mayor número de adeptos que se sumen a la causa, enamorar a una afición que todavía se encuentra con el corazón partido por la desaparición del CFPalencia. Uno y otro club están manteniendo un comportamiento ejemplar. Aunque persigan los mismos objetivos, sus relaciones son sensacionales y ese es el camino. Si se meten en polémicas entre ellos acabarán perdiendo la batalla, la cruzada y la credibilidad.