Miguel Tendero, matador de toros: «La oreja en Madrid del pasado año fue producto del trabajo diario»

Jorge Cancho
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«Verme fuera del mundo del toro me reafirmó en que lo mío es ser torero y nada más»

Con tan solo 26 años de edad y siete de alternativa, el diestro albaceteño ya ha vivido las dos caras del toreo. La amable, durante su etapa de novillero y las dos primeras temporadas tras doctorarse, y la que nadie quiere, aquella cuya  tónica general es la escasez de contratos y de ferias importantes. Actualmente, Miguel Tendero compagina los ruedos con los despachos al no contar con un apoderado que dirija su carrera. Cierto es que sabe mejor que nadie que la salida de este largo y oscuro túnel pudiera estar en una buena tarde en ‘Las Ventas’, donde en 2014 cortó una oreja. De momento, en ‘San Isidro’ no ha podido ser.

¿Se llega uno a acostumbrar a ver las grandes ferias por la televisión?

No queda otro remedio que aceptarlo. Uno lo que quiere es estar ahí, pero mientras llega esa oportunidad lo que hay que hacer es mantener la ilusión de poder volver algún día. Sé la responsabilidad, los miedos, las sensaciones de estar anunciado en esas grandes ferias, e incluso sé lo que es triunfar en alguna de ellas. Y eso mantiene intacta mi llama para volver allí más maduro, más hecho y teniendo las cosas más claras.

¿Qué ha sucedido para pasar de aquellos indultos de 2010 y 2011 al ostracismo en el que está instalado?

Cada vez se dan menos festejos y además en las plazas grandes es difícil entrar, ya que casi torean en exclusiva toreros consagrados o aquellos que matan corridas duras. Yo quizá, en un determinado momento, me quedé fuera de esos circuitos y me está costando remontar. Ojalá pueda pronto volver a reverdecer los laureles de antaño.

Tal vez el éxito le llegó demasiado pronto...

Nunca se sabe. LLega cuando te viene y lo importante es saberlo aprovechar. Yo, tras la alternativa, tuve dos buenos años, si bien me pillaron con muchos defectos propios de la juventud. El caso es que hay que saber asumir las consecuencias y mirar hacia adelante.

La espada también tuvo su parte de culpa...

Así es. Fueron años muy buenos, pero con la espada anduve un tanto irregular y me dejaba muchos triunfos por el camino. Así me sucedió en Madrid, Sevilla, Valencia, etc... Y eso acaba influyendo, pues para que te repitan en esas plazas, primero has de haber triunfado.

¿Qué tal la relación con Manuel Martínez Erice, apoderado suyo por aquel entonces?

Muy buena. Manuel es una buena persona que siempre me ha tratado con cariño, independientemente de que hubiera o no relación profesional de por medio. Yo también creo que me he portado bien con él, de ahí que la relación personal sea buena y en el aspecto profesional, si puede ayudarme sé que lo hace.

A raíz de la ruptura con él comenzó de alguna forma la caída de su carrera

Empezaron a caer los contratos en las grandes ferias. Salían cosas en plazas de menor importancia, pero ahí es difícil que puedas relanzar tu carrera. Incluso triunfando en esas plazas, en muchas al año siguiente ni te repiten. Y eso fue lo que pasó.

En 2013 fue cuando tocó fondo

Ahora, en cuanto a contratos, no es que me encuentre muy para allá que digamos, pero es cierto que en 2013 apenas me vestía de luces. Llevo ya dos años que me está costando mucho abrirme camino y no acabo de encontrar a quien me pueda poner a funcionar y demostrar así que la oreja de Madrid del pasado año no fue casualidad, sino producto del trabajo y de la constancia diaria.

Esa oreja fue importante pero insuficiente...

Puntuar en Madrid siempre es importante. Hasta ese día, por unas u otras razones, solo había conseguido dar una vuelta al ruedo en Las Ventas, precisamente el día de la alternativa. Y el hecho de conseguirlo, después de no haber toreado nada esa temporada ni la anterior, me dio mucho moral y también sirvió para dar un poquito de aliento e ilusión a todos esos que te apoyan a diario. Cierto es  que creía que aquel apéndice iba a dar un pequeño empujón a mi carrera, pero al final faltó torear un poquito más en otras plazas importantes para poderme reivindicar.

Donde no le fue mal es en Perú...

Un antiguo banderillero, Rafael Montenegro, me está moviendo un poquito por allí, tratándome de abrir camino. En 2014 quedé triunfador de Chota y ciertamente me sentí de nuevo torero, de ahí que es muy probable que este año vuelva por aquellas tierras que tanto tienen que decir en esto de los toros.

¿Dónde cree que radica la clave para remontar su carrera?

No lo sé, de verdad. Me levanto todas las mañanas aferrándome a la más mínima ilusión que se me pueda presentar, como puede ser  la de salir al campo, torear de salón, acudir a una corrida de espectador, atender alguna que otra entrevista como ésta, etc. Y es que durante el pasado invierno he estado trabajando unos meses en una fábrica. Y verme fuera del toro, de mi profesión, que es lo que más me gusta y quiero, es lo que me ha reafirmado en que lo que yo quiero es ser torero y nada más.

¿Cómo lleva lo de tener la cabeza a la vez en los ruedos y en los despachos?

Es una situación difícil la de estar pendiente de tus propios contratos, y dura, ya que no es fácil verte solo, llamar puerta a puerta y recibir el no por respuesta. No es lo mismo que den la patada a tu apoderado, a recibirla tú en primera persona.

«Nunca sabes si tu tarde en Madrid será la de las dos orejas»

¿Qué espera de 2015?

A ver si hay suerte y puedo volver a entrar en Madrid. Ya que no ha podido ser en San Isidro, por lo menos en alguna de las corridas de verano. Las Ventas es una plaza crucial, pues nunca sabes si la tuya va a ser la corrida de las dos orejas que todo torero necesita. Y es que el año pasado, cuando volví allí, pensaba que podía ser mi última tarde como matador y sin embargo corté una oreja y desperté un poquito la llama. Nunca se sabe...

¿Cómo ha cambiado su tauromaquia?

Cuando veo vídeos de mis primeros años de alternativa observo muchos defectos. Quizá ahora tenga otros que en aquella época no tenía por estar más toreado. Antaño, tal vez los defectos eran más estéticos y los de hoy son por falta de rodaje.

¿Albacete sigue creyendo en usted?

Estoy muy agradecido a cómo se me ha tratado en Albacete. Cierto es que es una plaza que a todos los toreros que somos de allí nos exige al máximo y lo que nos da nos lo tenemos que ganar en el ruedo.

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