Metros y metros de nieve

diariopalentino.es
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El viento ha acumulado verdaderos muros blancos contra los que chocan los medios técnicos que no logran devolver la conexión a pueblos de la zona norte

 
El viento se ha convertido en el nuevo enemigo de los pueblos de la Montaña Palentina. Las fuertes rachas provocan que lo que las quitanieves dejan limpio, en minutos esté otra vez impracticable, con lo que el aislamiento de muchos de los pueblos de la zona norte sigue sin solucionarse casi una semana después de que se cerrara la comunicación.
«Y lo que queda», lamentan vecinos de los pueblos de La Pernía que aunque reconocen que hace tiempo que no se ve una nevada como ésta, ya han cambiado su estado de ánimo de la resignación de los primeros días al enfado. Sobre todo al ver «el despliegue y la rapidez que hubo para socorrer a las personas en la A-67, que está bien» y el constraste del tiempo que llevan esperando escuchar el ruido de una máquina llegando a su pueblo, como se queja Constantino González, alcalde pedáneo de Piedrasluengas, que se siente «olvidado por la Junta de Castilla y León». «Parece que nos tienen manía a los de La Pernía», se queja al otro lado del teléfono. «Llevamos incomunicados desde el martes por la noche. Desde el miércoles sin salir de casa. Ha venido un vecino y me ha abierto un caminito para poder salir por la ventana de arriba», debido a la altura de la nieve. 
Ya casi una semana, «y lo que queda», insiste, porque no ve posible que en los próximos días, «con la maquinaria que nos dicen que han subido, abran la carretera», opina el alcalde pedáneo quien reconoce que la única de las grandes Administraciones que se ha preocupado por ellos «ha sido la Diputación, con llamadas del presidente y de su secretaria».
Las fuertes nevadas -«mi padre tiene 98 años y dice que no recuerda algo así»-, y el viento han hecho que se formen paredes de nieve de 5 ó 6 metros en la localidad. Otro vecino de Piedrasluengas asegura que hay «dos metros de nieve en llano, mínimo, pero allá abajo, en Las Peñas (un desfiladero que hay para llegar desde Camasobres) puede que haya seis o siete metros de nieve», calcula. Dice estar acostumbrado a que se cierre la carretera «es un Puerto, faltaría más», pero que reconoce que «nunca, en los últimos tiempos, habíamos llevado tanto tiempo incomunicados. Casi una semana. Parece que se han olvidado de nosotros», dice enfadado, pensando que a tres kilómetros, en Cantabria, el paso está abierto. Por fortuna, dice, no tienen necesidades acuciantes, aunque echa de menos ya «el pan reciente».
A esos grandes ventisqueros de Las Peñas es donde, según parece, han llegado las quitanieves fresadoras. Un poco más arriba de Camasobres, a donde llegaron con mucha dificultad y donde se dieron de bruces con paredes de nieve. 
Al final de una de las carreteras Secundarias que nacen de la CL-627, Puri se queja de la escasa efectividad de las máquinas. «Con la máquina que han traído no han avanzado nada», se queja desde su vivienda de Casavegas. «Han debido traer la fresadora más vieja que había. No ha hecho nada. Otro día más aquí. Esperemos que no pase nada, porque si no, no salimos. Por aquí no se ha acercado ni la Guardia Civil ni la UME ni nadie». 
En mejor situación están en Lebanza, Tremaya, Lores o El Campo, donde el trabajo de las máquinas, desde fresadoras a tractores y mixtas ha permitido abrir un camino, aunque seguramente hoy haya amanecido cerrado por la ventisca y haya que reiniciar el trabajo. Pero al menos ya tienen un camino semiabierto.  Así lo ve un vecino de Perapertú, entre Mudá y Santullán, otra de las zonas en las que han estado aislados desde el miércoles. «Me acaban de decir que ha llegado desde San Martín la máquina del Ayuntamiento, hasta donde la para del autobús. Por el pueblo no se puede andar, pero es tranquilizador saber que ahí al lado está ya abierto», decía.  Donde aún no se ha llegado, al menos ayer cuando Diario Palentino se puso en contacto con vecinos de esos pueblos, es a Herreruela de Castillería o Celada de Roblecedo, entre otros.
 
Naves y tejados. Fuera ya del estado y atención de las personas, el foco se pone ahora en los hundimientos de naves. «Seguimos con el problema de que la nave sigue cediendo», apuntan desde Casavegas.  Y no sólo las naves son causa de preocupación. También las viviendas porque «el peso de la nieve sobre las casas está poniendo muy nerviosa a la gente», explicaba una vecina de San Salvador. «Se nos ha propuesto contratar a gente de la zona, pero por aquí no hay gente joven y es muy peligroso subirse a los tejados. Hacen falta profesionales».
Más al sur la nieve también hace estragos. Por ejemplo, en Cervera de Pisuerga, hoy se intentará descargar la nieve acumulada sobre el Pabellón por medio de Manitous. «Hay cerchas que están doblándose. Donde los paranieves han cedido y han caído cinco metros de nieve, no hay problema. Existe donde sigue la nieve», explicó el alcalde de Cervera, Urbano Alonso.
En Aguilar, los Bomberos tuvieron que actuar en un edificio en el que se desprendió parte de la techumbre. También estuvieron retirando viseras de las cornisas. Igulamente en Aguilar, la factoría de Gullón sufrió un percance en una de sus naves al caerse 20 metros cuadrados de techo. Desde la empresa explicaron que la situación ya estaba en proceso de solución y que no afectaría a la producción de hoy.