«Para los veteranos es un reconocimiento y para los jóvenes un incentivo para seguir»

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Fernando Martínez-Zulaica • Director de la 'Fábrica de Armas' de Palencia

Ingeniero de Minas, trabaja en la factoría palentina desde 1983. Tiene claro que esta forma parte de la historia de la ciudad y agradece que se reconozca lo que durante estos 75 años ha significado y aportado a nivel laboral, económico y social

Con momentos buenos y otros no tantos la Fábrica de Armas es todo un referente en el sector tanto a nivel nacional como internacional. Palencia hace un reconocimiento a la labor desarrollada durante 75 años y a las miles de personas que han pasado por sus instalaciones con la entrega de la Medalla de Oro de la Ciudad. El director de la factoría  está orgulloso de lo conseguido y mira con optimismo hacia el futuro.

Se cumplen 75 años de la fundación de la Fábrica de Armas, todo un referente en la historia de la ciudad. ¿Qué ha supuesto para Palencia?

Por un lado un centro de empleo para muchas familias. En los años 40 daba trabajo a más de dos mil personas, cuando la población de la ciudad no llegaba a los 40.000 habitantes, lo que supone una proporción importante. De hecho es difícil que haya familias que no tengan, de una u otra manera, relación con la Fábrica.

Además del referente laboral, también lo ha sido en el ámbito social. La Fábrica de Armas era una pequeña ciudad dentro de Palencia. Además de la propia actividad industrial, también tenía economato, centro de aprendices, escuela de EGB, guardería, piscina, equipos deportivos, capilla, viviendas, etc. El 40% de las instalaciones no era industrial, sino dedicado a estos apartados.

Todo el mundo está vinculado o tiene relación por alguna persona con la Fábrica, que es como la conoce todo el mundo. Forma parte de la historia de Palencia.

Muchas familias, directa o indirectamente, han sido beneficiarias del trabajo desarrollado en estas instalaciones. ¿Cómo fueron aquellos años de máxima prosperidad?

No tenemos datos claros del número de personas que han pasado por aquí en todo este tiempo. Está claro que en 1948 eran 1.500 los empleados de la Fábrica, porque en un artículo periodístico se habla de que había mil empleados varones y quinientas mujeres. En los años 50 parece que se llegó a los dos mil trabajadores y hace treinta años cerca de novecientos. En la actualidad la plantilla se acerca a los doscientos, una cifra que ha descendido pero que sigue siendo importante para Palencia.

 De hecho, entre los argumentos utilizados para la concesión de la Medalla de Oro se encuentra la repercusión económica, urbanística, social e incluso cultural que ha supuesto la Fábrica de Armas en la ciudad

Inicialmente fue un Cuartel de Caballería en el que se instaló la Fábrica de Armas de Toledo que, con la Guerra Civil, trasladó parte de su producción a Palencia por motivos estratégicos. En aquellos momentos la repercusión fue importante para la ciudad y así ha sido durante muchos años.

Además es de interés que se trate de una fábrica que tiene unos productos peculiares y casi  única en España, que lleva en funcionamiento 75 años con la misma ubicación.

¿Cómo han sido las etapas por las que ha pasado la Fábrica de Armas con sus distintos adjudicatarios?

Hemos pasado por varias manos. Primero del Ejército, para en el año 60 pasar al Ministerio de Industria y en el año 2000 a manos privadas, primero con General Dynamics-Santa Bárbara Sistemas y en 2013 con Nammo. Creo que lo que más se ha notado han sido los cambios de los tiempos, las adaptaciones que se han realizado. Personas que han estado cuarenta años de su vida trabajando en la empresa y han sabido amoldarse a todas las circunstancias. Eso tiene un tremendo valor.

Se ha experimentado un cambio brutal  y una adaptación importante de muchas personas Ahora mismo la mitad de la plantilla tiene menos de 40 años, por lo que se sigue evolucionando.

En los últimos meses, los trabajadores de la Fábrica de Armas se han hecho oír y han salido en ocasiones a la calle para reivindicar su futuro dentro de la empresa. ¿En qué situación se encuentra en estos momentos y cómo ve su futuro?

En la Fábrica se han vivido momentos complicados, en los años 80 y 90. El tesón de los trabajadores y el apoyo de la ciudad y sus autoridades ha permitido que sigamos aquí.

Hemos tenido unos meses difíciles tras la adjudicación de un contrato por parte de Defensa a una empresa pública  israelí cuando también concurría Nammo. Fue una protesta con base y razonada. Parece que el Ministerio lo ha entendido, porque está claro que nuestros productos son igual de buenos o mejores que los que ofrecen otros.

Tenemos mucha gente joven en la plantilla y tenemos que mirar hacia el futuro, que lo veo con optimismo, especialmente por las ganas de trabajar que hay en la Fábrica. El mayor capital que hay en estos momentos es el humano.

Se van a celebrar  varios actos para conmemorar este 75 aniversario. En su presentación destacó que se pretende hacer visible ante Defensa el «alto nivel» como empresa puntera en el sector, y lograr que se le adjudiquen nuevos contratos

Esta fábrica ha estado suministrado durante muchos años a las Fuerzas Armadas Españolas y además al exterior. Hay zonas del mundo que se creen que Palencia es España porque es la referencia que tienen del país. Estamos en un nivel de calidad adecuado para seguir manteniendo el trabajo dentro de nuestro sector.

Respecto a los actos del 75 aniversario, hay que destacar la exposición con más de 1.200 imágenes sobre la historia pasada y presente de la Fábrica que hemos montado en las dependencias. Además tenemos previsto celebrar una mesa redonda sobre la industria de Defensa en España, así como visitas guiadas por las instalaciones.

¿Qué supone la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad de Palencia para la Fábrica de Armas?

Es una satisfacción para todos recibir el reconocimiento de la ciudad. Los que estamos ahora solo somos una parte de todos los que han pasado por aquí en estos 75 años, por lo que la Medalla es para muchas personas.

Es un orgullo que la ciudad distinga a la Fábrica de Armas porque forma parte de su historia. Para los más veteranos es un reconocimiento y para los jóvenes un incentivo para seguir y demostrar que estamos aquí, que la ciudad cuenta con nosotros y que  intentaremos que Palencia siga orgullosa de la Fábrica de Armas. Creo que este reconocimiento es muy importante para la gran cantidad de personas que han aportado su granito de arena a esta empresa.