Lo que ayer se vivió en Guardo a propósito de la inauguración de la nueva Casa Consistorial y auditorio fue una auténtica fiesta, una puesta de largo a la altura de los grandes acontecimientos de la que los vecinos de la comarca llevaban pendientes desde hace varias semanas. Una expectación que se tradujo en una masiva afluencia a la jornada de puertas abiertas que se celebró por la tarde, en la que se dio la oportunidad a los montañeses de hacer un completo recorrido por las distintas dependencias de este imponente edificio.

Por la mañana, el pendón -que representa al pueblo en los actos especiales- y la Agrupación Folklórica de Guardo daban la bienvenida a los invitados con una exhibición de bailes populares. Ya por la tarde, los empleados municipales tomaron el testigo y ejercieron como el mejor de los anfitriones en una concurrida visita que se convirtió en todo un evento social. Por allí no solo desfilaron políticos, también vecinos de a pie de todas las edades que querían descubrir a fondo un edificio por el que llevaban esperando once largos años.

Casi seis mil metros cuadrados que dejaron «fascinados» por su luminosidad, sus amplios salones, sus espaciosos pasillos y sus grandes ventanales. Los primeros privilegiados en acceder al edificio coincidían en que es «precioso» y que la inversión y la espera «han merecido la pena». 

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