El octogenario niega que abusara de dos niñas

DP
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A.H.R., de 81 años, se enfrenta a una petición del fiscal de ocho años de cárcel · El juicio se ha suspendido hasta el próximo 19 de noviembre para continuar con el resto de las pruebas

El octogenario acusado de abusos sexuales cometidos contra dos niñas de 5 y 7 años, negó hoy que cometiera los hechos por los que está procesado y por los que el fiscal demanda provisionalmente ocho años de cárcel.

El encausado,  A.H.R.,  de 81 años, declaró durante la vista oral que las niñas, que viven en el mismo barrio que él, acudían de vez en cuando a jugar al huerto que hay en su casa, a veces acompañadas del hermano pequeño de una de ellas.

El procesado negó los hechos denunciados por la madre de la mayor, un niña de 7 años, que afirma que su hija le contó que el acusado les había enseñado los genitales a su amiga y a ella y les había pedido que se los tocaran y que le enseñaran a él también los suyos.

«Eso es una mentira grandiosa», afirmó el procesado, quien aseguró que «no pasó absolutamente nada» y que se limitó a reñir a las niñas y a decirles que se fueran porque trataban de meter a su hermano pequeño en un bidón de agua y se podía ahogar.

Explicó que una de ellas, la más pequeña, «estaba calada entera de agua» y que «se bajó un poco los pantalones» y vio que no tenía ropa interior, a la vez que negó haberles enseñado sus genitales, en los que según dijo desde hace cinco años lleva puesta una sonda vesical que no se puede quitar.

Sin embargo la madre de la niña de 7 años mantuvo durante su declaración los hechos que denunció en el cuartel de la Guardia Civil el 27 de julio de 2017, al igual que su hermana, la tía de la niña, que confirmó que su sobrina, con la que habló después de la madre para comprobar la veracidad de lo que decía, le repitió que el acusado «les había enseñado sus partes intimas y ella y su amiga las suyas». Y que incluso les había pedido que «le tocasen», informa Efe.

Ambas aseguraron  que creen absolutamente lo que cuenta la niña y, por eso, denunciaron los hechos que supuestamente ocurrieron en una pequeña caseta donde el acusado guarda los aperos del huerto.

La madre de la otra menor, una niña de 5 años, que inicialmente se había personado como acusación y después se retiró, afirmó que es imposible que eso ocurriera porque en el momento de los hechos denunciados su hija estaba viviendo con su padre, ya que están divorciados.

Aseguró que no le «cuadra nada» y que está convencida de que «no ha pasado nada» porque su hija no le ha dicho nada y toda la familia se lleva «genial» con el acusado, al que conocen «de toda la vida», ya que son vecinos y su madre, la abuela de la niña, trabaja para él limpiando su casa.

El juicio se ha suspendido hasta el próximo 19 de noviembre para continuar con el resto de las pruebas periciales y con el relato de las conclusiones finales antes de que quede visto para sentencia.