1ª mujer comisaria apuesta por erradicar la cultura machista

D.P
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Desde la Jefatura de la Policía Nacional de Palencia, un cargo que por primera vez ocupa una mujer, Montserrat Marín habla de acabar con estereotipos, prejuicios y dobles raseros para erradicar la cultura machista

La madrileña Montserrat Marín López, que recibe hoy un homenaje del club Recoletas Atlético Valladolid como exportera de la Selección Española de Balonmano, ha analizado en una entrevista con EFE el problema de la desigualdad de género y la violencia machista.

Un homenaje "triple", como policía, como mujer y como jugadora de balonmano, que le rinde hoy el club durante el partido de la Liga Asobal, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género contra la Mujer.

Me hace especial ilusión que me lo entregue el equipo de chicos de la primera división, asegura a EFE Montserrat Marín mientras recuerda que en sus tiempos las chicas heredaban la equipación deportiva de los chicos y que acabó siendo balonmanera por casualidad, porque no quedaban fichas en baloncesto y porque sacaba las buenas notas indispensables para tener el permiso de su madre.

De aquella etapa con las Guerreras le han quedado más de cien partidos internacionales, unos Juegos Olímpicos, la Medalla de bronce en los Juegos del Mediterráneo, muchos viajes y valores tan importantes como la tolerancia, la disciplina, el respeto a la diversidad, la perseverancia y una enorme apertura mental para integrar cualquier desigualdad.

No fue por eso por lo que quiso hacerse Policía, una profesión en la que aterrizó tras poner una denuncia porque le habían robado el radiocasete del coche, pero cree que sí son valores que deben tener todos los policías.

Para ser policía no tienes que tener unas cualidades especiales. Tienes que ser una persona normal, realista, justa, tolerante y con valores éticos, afirma esta mujer que además es licenciada en Psicología y está haciendo un máster de la Agencia de la Unión Europea CEPOL sobre la percepción que se tiene en las policías europeas de las capacidades y barreras de la mujer líder.

Ella lo tiene claro: "en profesiones masculinas, como la de Policía, el papel de la mujer sigue estando estereotipado" y a la vez "las mujeres nos ponemos el listón muy alto porque nos sentimos observadas y valoradas".

Nos planteamos si la mujer es capaz de estar en un coche patrulla por una cuestión de fuerza física. Pero no que tenga más capacidad negociadora para resolver un conflicto sin fuerza física.

"Se sigue cuestionando que una mujer pueda ser una buena jefa. Pero nunca se ha cuestionado si un hombre puede ser un buen jefe. El trasfondo es que a las mujeres se nos ha medido con distinto rasero", continúa Marín, una de las pocas mujeres que ha llegado a comisaria en España. De hecho, solo hay una veintena.

Un doble rasero que sigue existiendo en la familia, en el colegio en el trabajo: "Si en los colegios se habla de educación inclusiva es porque se sigue reproduciendo la desigualdad y la inferioridad de la mujer", asegura.

Considera por eso que "la violencia machista es cultural" y por lo mismo entiende que la base es educar en igualdad y no establecer estereotipos de género "tan radicales", para que se dejen de reproducir "roles antiguos" que pueden llegar a ser causa de violencia machista.

A nivel policial afirma que se necesitan más medios humanos para poder atender a todas las mujeres víctimas de violencia de género, que se cumplan las órdenes de alejamiento, que haya más juzgados especializados y sobre todo que se propicie un cambio de mentalidad para "no desarraigar a las víctimas".

No cree que las mujeres policías tengan una sensibilidad especial para atender estos casos frente a los hombres, pero sí considera que la formación de género es fundamental en cualquier caso.

Por eso cree que falta más perspectiva de género y de minorías en todos los procesos. En los Tribunales de Selección y en la propia Escuela de Policía, con temarios específicos y asignaturas que traten de forma transversal este problema, para reducir estereotipos y prejuicios "que muchas veces ni siquiera somos conscientes de tener".

De hecho, cree que la sociedad no tiene claro el límite entre "un comportamiento socialmente aceptable, uno socialmente inadecuado y un delito" y por eso, muchas veces se confunden los términos.

Y por supuesto, asegura que "no hay que excluir al hombre en esta perspectiva de la mujer y en la lucha contra la violencia machista".