Estimulación y aprendizaje

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Las 'Angelinas' desarrolla un Programa de Desarrollo Básico

El Santo Ángel (Angelinas), como comunidad educativa, se plantea  nuevos retos, nuevos cambios educativos de aprendizaje y de innovación. El Colegio, que lleva unos años inmerso en ese proceso, en Educación Infantil (segundo ciclo) ha apostado por trabajar con las inteligencias múltiples de las que habla Howard Gardner y que marcan las potencialidades de cada individuo.  Se trata de aprovechar en los primeros años de vida la plasticidad del cerebro para que el niño pueda desarrollar todo el potencial posible. El cerebro es un órgano vivo y dinámico, por tanto, es necesario ayudarle a crecer. Para su desarrollo le hacen falta muchos estímulos y oportunidades. «Es la educación la que debe garantizar el desarrollo del niño y facilitarle las oportunidades adecuadas, precisamente porque la educación está orientada hacia el futuro», afirmaba Lev Vigotski.

Inmaculada Martín y Olga Ferreras explican que en el Colegio Santo Ángel trabajan desde el curso pasado, entonces fueron tres sesiones semanales, la estimulación temprana con un Programa de Desarrollo Básico (PDB). Este se basa en las teorías de Glenn Doman y pone de manifiesto la importancia y necesidad de crear situaciones y experiencias donde la estimulación sea una oportunidad para el movimiento y el aprendizaje.

Con el alumnado de 3 años, enfundado en chándal toda la jornada, este curso diariamente se llevan a cabo diferentes actividades físicas como gatear, arrastrarse, caminar, correr, saltar, braquiar. «Con estos ejercicios los niños y niñas disfrutan y de forma lúdica les estamos ayudando a desarrollar y mejorar su sistema respiratorio, favoreciendo su equilibrio, estimulando los dos hemisferios cerebrales, desarrollando adecuadamente su lateralidad, y facilitando su convergencia ocular (que le permitirá leer en su momento) y le preparará para poder escribir (dominio de la pinza táctil)», explican.  En cada sesión, el gateo y el arrastre colaboran en la organización del patrón cruzado para el desarrollo de la lateralidad del niño, «fundamental para posteriores aprendizajes», subrayan.

La escalera de braqueación, de la que dispone el centro en su aula de psicomotricidad, permite al alumnado el desarrollo de los músculos pectorales, la espalda y los hombros. También se trabaja la convergencia ocular a corta distancia, y facilita la adquisición de la habilidad manual.

«Para pasar esta escalera primero hay que realizar ejercicios de suspensión, enseñarles la posición correcta de las manos y cómo pasar por los barrotes con el patrón cruzado. Se realiza de manera individual y el niño siempre está acompañado por la maestra/o para darle confianza y seguridad», comentan.

Todas las actividades que favorecen la movilidad ayudan al desarrollo del equilibrio  y, así, les ofrecen cada día diferentes ejercicios de subir y bajar escaleras, caminar, correr, saltar, hacer volteretas, pasar por la barra de equilibrio, coger y soltar objetos.

«Ejercicios sencillos que en muchas ocasiones damos por sabidos, por trabajados, y cuya ausencia plantea futuras lagunas en el desarrollo motor y neurológico de un niño», señalan.  

La estimulación temprana es para las Angelinas «la mejor manera de comenzar la jornada escolar,  pues no hay nada que le guste más a un niño que explorar y moverse. De la misma forma que es gratificante para una maestra  haber ofrecido oportunidades para el aprendizaje y crecimiento de los escolares», afirman.

En el Santo Ángel  también hay que hablar del ajedrez en este proceso. En un tablero gigante los  pequeños trabajan diagonales, se mueven en filas o columnas,  a través de un cuento, El país de vainilla y chocolate. Las figuras se las conocen todas, si bien la de mayor dificultad ha sido el alfil. Ellos son las figuras (a través de petos), no se ponen a jugar, ahora es más algo motriz. En Educación Primaria es cuando ya dan un salto y empiezan a plantear jugadas, estrategias y anticiparse, algo que también se trabaja.