La duración de un embarazo puede variar hasta en un mes

EUROPA PRESS
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Tan solo el 4 por ciento de las mujeres da a luz en la fecha prescrita, que se calcula 280 días después del último período, y siete de cada 10 lo realiza dentro de la semana y media siguiente

La duración de un embarazo puede variar hasta en un mes

¿Cuánto dura exactamente un embarazo? Según se desprende de una investigación publicada en la revista Human Reproducton, el tiempo de una gestación humana puede variar naturalmente hasta cinco semanas. Normalmente, a las mujeres se les da una fecha probable de parto que se calcula 280 días después del inicio de su último período menstrual, pero solo el 4 por ciento de las féminas dan a luz pasado ese tiempo y el 70 por ciento lo hace a los 10 días de su jornada probable de parto, aun cuando la fecha se calcula con la ayuda de la ecografía.

 Investigadores estadounidenses han sido capaces de localizar el punto exacto en el que una mujer ovula y un embrión fertilizado se implanta en el útero durante un embarazo concebido naturalmente y han realizado el seguimiento de la gestación hasta el alumbramiento. Usando esta información, han sido capaces de calcular la longitud de 125 mujeres en estado.

 «Hemos encontrado que el tiempo medio desde la ovulación hasta el nacimiento fue de 268 días, es decir, 38 semanas y dos días», señaló hace unos días la doctora Anne Marie Jukic, becaria postdoctoral en el Servicio de Epidemiología del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental, en Durham, Estados Unidos, que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud norteamericanos. Sin embargo, incluso después de haber excluido seis nacimientos prematuros, hallaron que la longitud de los embarazos varió en hasta 37 días.

 «Estábamos un poco sorprendidos por este descubrimiento. Sabemos que la duración de la gestación varía entre las mujeres, pero una parte de esa modificación siempre se ha atribuido a errores en la asignación de la edad gestacional. Nuestra medida del tiempo no incluye estas fuentes de error, y sin embargo, todavía hay cinco semanas de variabilidad final. Resulta realmente fascinante», afirmó esta experta.

 La posibilidad de que el período de los embarazos pueda cambiar ha sido poco investigada, ya que es imposible diferenciar entre los fallos en los cálculos y la variabilidad natural sin ser capaz de medir correctamente la edad gestacional de un feto en desarrollo.

 

Primeras investigaciones. Estudios anteriores a las décadas de los 70 y 80 habían usado el ligero aumento de la temperatura corporal de una mujer al despertar como una manera de detectar cuándo se produce la ovulación, una medición inexacta que no se puede utilizar para señalar cuándo se implanta el embrión en el útero.

 En el estudio actual, los médicos toman información de muestras diarias de orina recolectadas por las féminas que participaron en un análisis anterior, el informe sobre embarazo precoz de Carolina del Norte, que tuvo lugar entre 1982 y1985 y en el que se estudiaron 130 gestaciones simples sin ayuda, desde la concepción hasta el nacimiento.

 Las mujeres habían dejado de tomar anticonceptivos con el fin de quedarse embarazadas, eran sanas, sin problemas de fertilidad conocidos y también eran menos propensas a fumar o estar obesas. Las participantes completaron los registros y entregaron diariamente muestras de orina a primera hora de la mañana durante seis meses o hasta el final de la octava semana, si quedaban preñadas.

 Las pruebas se analizaron para tres hormonas relacionadas con el inicio del embarazo: hCG , estrona-3-glucurónido y pregnandiol-3-glucurónido. El día de la ovulación fue identificado por la caída de la relación entre las hormonas estrógeno y progesterona y la implantación del embrión fue identificado como el primer día de un aumento sostenido en los niveles de hCG.

 «Dado que el embrión segrega hCG y las madres generalmente tienen poco o ningún hCG en la orina cuando no están embarazadas, se utilizó el primer aumento de hCG para indicar la implantación», explicó Jukic. En 2010, los científicos contactaron con las mujeres durante el presente estudio para obtener datos acerca de su trabajo y si se había producido inducción o cesárea, información toda ella que estaba disponible en 125 embarazos después de excluir los que habían sido afectados por la exposición al dietilestilbestrol, un disruptor endocrino que se conoce por reducir los embarazos.

 Además de la variación en la duración de la gestación, el análisis encontró que los embriones a los que costó más tiempo implantarse también tuvieron más lapso desde la implantación hasta la entrega, y que las gestaciones que presentaron un aumento de la progesterona a finales fueron más cortas, con una media de 12 días de menos en estado de encinta.

 Jukic indicó que estaba intrigada «por la observación de los acontecimientos tempranos que ocurren en el embarazo, justo semanas antes de que una fémina sepa que está preñada, porque estas circunstancias están relacionadas con el período de nacimiento, que se produce meses después. Creo que esto sugiere que los acontecimientos en el embarazo precoz pueden proporcionar una nueva vía para la investigación de los resultados del parto».

 Otros factores que parecen influir en la duración son: las mujeres mayores dan a luz más tarde, con una media, más o menos, de un día más de gestación por cada año de edad; las féminas que habían sido más pesadas al nacer tuvieron embarazos más prolongados, con cada 100 gramos en el propio peso de nacimiento de la madre corresponde, aproximadamente, a un día más de embarazo; y si una mujer tenía gestaciones más largas con anterioridad o con posterioridad al nuevo estado, el proceso, probablemente, sea más duradero.