¿Cómo se lleva eso de hacer el paseíllo  acompañado de su hijo?

Es una mezcla de muchas cosas. Parece que fue ayer cuando nació y sin darte cuenta ves que ha crecido, que tú te has hecho mayor y que compartimos los dos tardes de toros. Lógicamente paso los miedos y las incertidumbres propias que asaltan a cualquier padre sobre si su hijo ya está lo suficientemente preparado o no. Sin embargo, es una satisfacción verme reflejado en él y poderle transmitir mis vivencias en la profesión. Hay una parte preciosa en todo ello, pues estas cosas te hacen volver un poquito a tus años jóvenes cuando eras novedad y respirabas aquella frescura que en cierto modo había olvidado hace mucho tiempo.

¿Cómo valora la actuación de Guillermo en Campos Góticos?

Creo que ha estado enorme en ambos novillos, ya que ninguno de los dos se lo puso nada fácil. Creo que está haciendo muy bien las cosas, con técnica, torería, empleándose a fondo y sabiendo transmitir todo ello al público. Por encima de los trofeos me quedo con las buenas sensaciones que ha transmitido en ambas faenas y con la fidelidad que va demostrando a los principios del rejoneo, algo que no se debe olvidar jamás por nadie ni por nada.

Y de su triunfo qué. Abrir plaza y cortar dos orejas es como meter en la champions una docena de goles...

Es verdad que es muy difícil por todo, porque la gente aún no está situada, porque el palco no sabe si es poner el límite demasiado alto o bajo, pero cuando estás a gusto como lo he estado yo con ese primer astado y lo matas bien, todo es posible.