Guardo se enfundó ayer el traje de cuero en el día grande de su concentración motera Lechazos, una cita que alcanzó sus Bodas de Plata gracias al infatigable trabajo de los integrantes del Motoclub Villa de Guardo.

Hasta la localidad minera se acercaron  más de 700 moteros -según los datos facilitados por la organización- llegados desde varias provincias del país en un goteo constante de participantes desde bien temprano motivados por las buenas temperaturas que se registraron durante toda la jornada, aunque el punto álgido de las inscripciones llegó a primera hora de la tarde.

Olor a neumático quemado, un rugido constante de los motores y, sobre todo, un gran ambiente en cada rincón del municipio norteño fueron la nota predominante de la fiesta, que se desarrolló sin sobresaltos en una atmósfera de confraternidad entre aficionados, vecinos y curiosos desplazados desde otros pueblos de la Montaña Palentina.

Aunque la presencia de motocicletas era más que notable en casi todas las calles del casco urbano, éstas permanecieron la mayor parte del día en el tramo final de la avenida San Miguel. Allí se asentó el epicentro de esta veterana concentración: el campamento en la piscina, el aparcamiento donde se exhibían los vehículos de dos ruedas y una gran carpa que sirvió como punto de encuentro para los habituales a esta cita.

Durante la tarde, los moteros no tuvieron ni un minuto de descanso debido a la amplia oferta de propuestas ideadas por la organización. Una ruta turística por la comarca abrió las actividades vespertinas, que continuaron con los tradicionales juegos populares, el Concurso de Disfraces y la actuación de la Charanga Lokomotores.

Así se llegó a uno de los eventos que más publico congrega cada año, una exhibición acrobática a  cargo de Jaque y Pina. Los más animados continuaron la fiesta en una gran verbena amenizada por la Orquesta Coliseum y la Procesión de las Antorchas en recuerdo de los compañeros ausentes.

TRABAJO Y ESFUERZO. Para cumplir veinticinco años en plena forma como es el caso de Lechazos, hay un gran trabajo detrás durante meses de los voluntarios del Motoclub, una asociación de la que forman parte actualmente 246 socios.

«Estamos muy contentos por este aniversario, sobre todo porque somos un club que nos seguimos manteniendo en línea. La gente se marcha encantada de Guardo todos los años, fruto del esfuerzo que realizamos todas las personas que apostamos por mantener vivo este encuentro», apuntó el coordinador de la concentración, José Manuel Fernández.

Todo comenzó un ya lejano 1991, fecha en la que los moteros de la villa, asistentes habituales a la concentración de Miranda de Ebro (Burgos), decidieron crear la suya propia. «La primera la hicimos como pudimos y después hemos ido mejorando y añadiendo más actividades cada año», indicó.

Lechazos supone también una buena inyección económica a la localidad. Y es que, los hoteles del municipio hace días que colgaron el cartel de completo y los bares y restaurantes tienen mesas reservadas durante todo el fin de semana.

PROGRAMA PARA HOY. La jornada comenzará hoy temprano para los moteros con un desayuno bufé previo a una nueva ruta turística. Además, se entregarán los premios de los concursos y tendrá lugar un sorteo de regalos.

El punto final al evento lo pondrá la tradicional comida de hermandad en el frontón, con el lechazo asado como plato principal, y una traca de despedida.