Tras el astado de cuerda

E. Marín
-

'Aguilillo' será mañana conducido por los sogueros durante el recorrido por las calles de la villa. Sin ejercer violencia alguna sobre el animal, los mozos suelen realizar cites, lances, carreras y recortes

Tras el astado de cuerda - Foto: ÓSCAR NAVARRO

Aguilillo ha sido el elegido. El número 214 de la Ganadería Cantoblanco (Valladolid) recorrerá este año, con todos los honores, las calles de Astudillo.

Llegará con las maromas puestas de la finca, tal y como viene haciéndose en los últimos años, aunque antes eran los propios mozos del pueblo quienes lo enmaromaban. Cuando llegue, como manda la tradición, estará suelto por la plaza de toros en torno a una hora para que no permanezca encerrado hasta las 5 de la tarde, hora en la que se abrirán las puertas del coso astudillano para comenzar el espectáculo.

Las bases reguladoras del desarrollo del festejo, elaboradas por el propio Ayuntamiento de Astudillo y que han obtenido el visto bueno de la Junta de Castilla y León, se remontan a una «costumbre inmemorial».

En ellas se indica que el toro debe llevar dos maromas con un determinado grosor para que no pesen mucho y de ellas puede tirar cualquier persona mayor de edad.

También se especifica que se prohibe ejercer cualquier tipo de violencia sobre el animal durante todo el trayecto, al tiempo que se evitarán en lo posible los tirones. Y es que la forma correcta de correr bien el toro es dejarle que vaya por donde quiera dentro del recorrido marcado por las calles del pueblo. A veces es inevitable que el animal reciba algún tirón, pero siempre se hace para dirigirlo y evitar algún incidente.

Por otra parte, también se ha diseñado un Plan de Emergencia en el que, entre otros aspectos, se señalan los puntos en los que se ha instalado atención sanitaria y protección de corredores. Se trata de la parte trasera de los atrios de las iglesias de Santa Eugenia y San Pedro, ya que desde allí resulta fácil la evacuación hacia los Centros de Salud de Frómista y de la capital, respectivamente. En estos dos espacios estratégicos se situarán dos ambulancias medicalizadas con personal sanitario preparado para atender cualquier emergencia.

Dentro de este Plan también se han diseñado tres zonas para delimitar los espacios del pueblo durante la celebración del evento: una para los participantes activos, otra para los pasivos y una tercera para aquellos que no deseen implicarse para nada en el evento.

de vuelta.  Con la premisa de que está prohibido tocar o agarrar al animal, el toro recorre las calles bajo la dirección de los participantes y se para en dos o tres ocasiones en las fuentes para beber. Lo normal es que permanezca en torno a media hora o tres cuartos -hace años podía estar hasta casi tres horas- y, cuando manifiesta síntomas de cansancio, se le lleva a los chiqueros, tal y como explican desde el Consistorio.

Los siguientes pasos le llevarán hasta el matadero, donde se procederá a su sacrificio. Este año, por primera vez, se podrá vender su carne después de pasar los correspondientes controles veterinarios y administrativos.

Los argumentos de quienes durante años han participado en este evento, así como de profesionales del mundo taurino, pasan por asegurar que «no hay maltrato al animal». Dicen que las maromas se atan a los cuernos, una zona del animal que no tiene sensibilidad, a lo que se suma que el cuello es la parte del cuerpo que más fuerza tiene, por lo que puede cornear sin sentir dolor.