Una colección de 148 dibujos inéditos, pintados a lápiz y tinta por el escultor palentino Victorio Macho, está en manos del artista y anticuario Leopoldo Langer Lecároz, residente en San Sebastián, tras adquirir una primera tanda en 2007 y su mayor parte en 2009 a un marchante de arte americano. El legado artístico perteneció a Milagros Barros, sobrina de Macho por parte de su segunda esposa, Zoila Barros, con la que se casó en Lima (Perú) en 1951, un año antes de regresar a España tras su exilio de 12 años en el país andino.

El conocimiento público de esta colección -en el olvido durante décadas como ocurre con otros muchos aspectos artísticos aún por revelar del escultor palentino- coincide con el anuncio del Ayuntamiento de Palencia, en colaboración con la Real Fundación de Toledo y el Ministerio de Cultura, de una exposición sobre la faceta artística de Macho como dibujante, desconocida para muchos, con motivo de la celebración del cincuentenario de su muerte en 2016. El actual propietario de los valiosos dibujos considera que lo más conveniente es que todos ellos se conserven y exhiban de forma conjunta en la ciudad natal del autor del Cristo del Otero.

El anticuario donostiarra Leopoldo Langer compró una primera tanda de nueve bocetos de la colección inédita de Macho en 2007 a su propietario americano, según explica a Ical. Entonces decidió venderlos a través de Subastas Segre, de Madrid y, cuando el Ayuntamiento palentino tuvo conocimiento del hecho adquirió cinco. Entre ellos figuran un autorretrato y diseños del monumento a San Juan de la Cruz y la estatua del Cristo del Otero.

Estas primeras obras fueron compradas por el Consistorio de la ciudad natal de Macho en un precio de 3.364 euros después de que el anterior alcalde, Heliodoro Gallego, recibiera la llamada del que fuera presidente del Congreso de los Diputados entre 1979 y 1982, Fernando Álvarez de Miranda, y de su esposa, Luisa Cruz Picallo. Ambos, muy vinculados a Palencia, le avisaron de la celebración de la puja en Madrid y de la existencia de estos dibujos.

el retorno desde américa.

A mediados de 2008, el marchante americano que vendió a Langer una primera tanda de dibujos le escribió un correo electrónico ofreciéndole el resto de los que poseía y, tras una larga negociación, llegaron a un acuerdo. El ahora propietario destaca la «singularidad» de la colección y afirma que «es inédita y hay dibujos que complementan a otros ya conocidos», mientras que algunos de ellos son bocetos para monumentos que no se ejecutaron.

«Figuran todas las etapas del artista palentino y se trata, probablemente, de la mayor colección privada de sus dibujos», expone. El legado artístico perteneció inicialmente a la peruana Milagros Barros Villacorta, sobrina del escultor palentino y de su mujer Zoila, e hija de su cuñado César Barros Conti y Dora Villacorta Cedrón.

Leopoldo Langer, en base a su sólida formación artística y el estudio de la obra de Victorio Macho, destaca el valor y la gran variedad que encierra la colección: «Se trata de retratos y bocetos de bustos y monumentos dedicados a personajes relevantes como Perez Galdós, Rubén Darío, Jacinto Benavente, Juan Ramón del Valle Inclán, Alonso Berruguete, Juan Sebastián Elcano, Simón Bolivar o el almirante Miguel Grau. También hay otros sobre la estatua del Cristo del Otero, el médico rural, el coloso, varios desnudos, escultura para edificios, mausoleos y monumentos desconocidos».

Igualmente, el anticuario donostiarra señala que uno de los dibujos recoge una vista inédita del Orquestario del templo dedicado al músico Beethoven, que completa a las existentes en la casa-museo de la Real Fundación de Toledo. Este recinto expositor abierto al público en la Roca Tarpeya de la ciudad imperial alberga buena parte del legado escultórico -cerca de 15 toneladas en obras traídas desde el exilio peruano- que Victorio Macho donó al Estado español tras su muerte en 1966.

Libreta con bocetos. También figura en la colección de arte rescatada de su exilio americano una libreta con los primeros bocetos del mausoleo de Menéndez Pelayo, ubicado en la Catedral de Santander. Incluso, hay un cuaderno con los primeros esbozos del monumento en homenaje al escultor de Paredes de Nava Alonso Berruguete, ubicado en la plaza mayor palentina, junto a un autorretrato del propio Victorio Macho, pareja del que compró el Ayuntamiento de Palencia en 2008.

A su vez, Langer apunta que en su mayor parte se trata de dibujos con los que trabajaba el prolífico artista palentino para elaborar sus numerosos proyectos escultóricos. «Tienen gran valor como documentos en los que se aprecia su proceso de trabajo. Especialmente interesante es el autorretrato con el esqueleto y los buitres, en el que se resume el sentir de Victorio Macho, probablemente realizado en la época de la II República», recuerda.

En ocasiones anteriores, el Consistorio palentino ya había adquirido otros dibujos del escultor que forman parte del fondo artístico que posee la ciudad. Este legado se suma a las numerosas obras de arte -entre las cuales además de esculturas también hay dibujos- ubicadas en su casa museo abierta al público por la Real Fundación de Toledo.

Algunas de las piezas escultóricas de Victorio Macho fueron ampliadas y reproducidas para embellecer diferentes rincones de la ciudad de Palencia. Mientras, otras obras fueron ubicadas en el edificio consistorial, junto a las que también posee la Diputación y las que se exhiben buena parte del año -a falta de un museo que reclaman distintas entidades culturales de la capital- en un reducido espacio del Centro de Interpretación situado a los pies del Cristo del Otero.