Dos visitas 'públicas' desde su noviazgo con Alfonso Díez

O. H. - Archivo
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Fueron tres joyas del patrimonio palentino como la Catedral, 'La Olmeda' y Carrión en 2010 y, el año pasado, acudió a la exposición de Belenes en la villa jacobea. Había comprometido una más

Su última visita fue a Carrión hace menos de un año. - Foto: Oscar Navarro

  Alfonso Díez y la duquesa de Alba en la Catedral palentina en junio de 2010.
Alfonso Díez y la duquesa de Alba en la Catedral palentina en junio de 2010. - Foto: DP

 
No se puede decir que la relación con Palencia de la Duquesa de Alba naciera con su noviazo y posterior matrimonio con el palentino Alfonso Díez Carabantes, vista la lista de sus títulos, pero sí es cierto que se intensificó a raíz de esa unión. Al menos en lo que a visitas se refiere.
El pasado mes de agosto, en concreto el día 30, Díez Carabantes, durante su pregón del Día del Palentino Ausente, afirmó que esperaba volver a Palencia «el próximo año» acompañado de su esposa.   Entonces ya reconocía que la salud de Cayetana no era buena, al afirmar emocionado visiblemente que tras aceptar la propuesta de pregonar en Palencia pidió «a San Antolín que me permitiese estar aquí».
De forma notoria y reconocida, la pareja visitó la provincia de Palencia en dos ocasiones.
Una en junio de 2010, dos años después de iniciar su noviazgo. Fue una visita relámpago. La Catedral de Palencia, Carrión y la Villa Romana de La Olmeda fueron los lugares seleccionados para esa primera visita a la tierra de su compañero sentimental.
Aquel 4 de junio, en declaraciones a Diario Palentino, no ahorró elogios tanto hacia La Olmeda, especialmente sus mosaicos, como a la Seo. «Es una maravilla, preciosa», afirmó. En la Villa Romana, donde realizó un recorrido en calidad de visitante privada de unos cuarenta minutos de duración, se fotografió con los guías. En la Catedral no tuvo inconveniente en retratarse y dejarse retratar por y con quienes se acercaron a ella. Atendió con amabilidad a la docena de personas, sobre todo mujeres, que en ese momento coincidieron con ella y Alfonso Díez en el templo. Su aspecto rejuvenecido y el buen trato que demostró fueron destacados por aquellas palentinas.
Dado su paso por Carrión de los Condes en ese Año Jacobeo y al preguntarle si se animaría a realizar un pequeño tramo del Camino de Santiago, señaló que no se veía con fuerzas de acometer tal esfuerzo.
Un año y unos meses más tarde,  en concreto el 5 de octubre, se ofició el matrimonio, que, por cierto, aquí en Palencia se vivió con una curiosidad relativa.
Diario Palentino salió aquel día a la calle para preguntar a los que fueron convecinos del novio y aunque muchos afirmaban, bien que ni les iba ni les venía el matrimonio de un palentino con una grande de España, o que la Duquesa ya no tenía edad como para estar pensando en esponsales, casi todos coincidían en que algo bueno tendría para la provincia, aunque sólo fuera a nivel publicitario. Que hablen de ti siempre es bueno.
Sin embargo, no fue hasta 2013, y no sin muchas peticiones previas, cuando la Duquesa de Alba  y su marido volvieron a Palencia. Al parecer, habrían mediado otras visitas de carácter más privado. Pero la del 3 diciembre de 2013 fue publica. Muy pública.
Entrañable y sencilla. La Duquesa de Alba conectó en Carrión con la gente sin necesidad, siquiera, de abrir la boca. No le hizo falta.
La Grande de España demostró en Carrión ese feeling que tenía  con los ciudadanos de a pie. Le llovieron los aplausos y los piropos, y tuvo la  paciencia de posar con los vecinos de la localidad que quisieron darle la bienvenida. Cual estrella, con un glamour muy peculiar, Cayetana Fitz-James llegó con puntualidad británica.
Su presencia en Carrión estaba dedicada a la visita de El Belén, sus personajes y sus símbolos, una de las mayores muestras de belenes del mundo, reunidos por las Madres Clarisas de Carrión de los Condes. Algo más de una hora, fue el tiempo que Cayetana dedicó a visitar la muestra, atender a los medios, firmar en el Libro de Honor de Carrión de los Condes, recibir regalos de la más diversa índole y departir con las integrantes de la Comunidad Religiosa.
Cayetana reconoció que había sido «muy bien recibida, demasiado» y que estaba «encantada» de haberse desplazado hasta Carrión de los Condes para conocer «estos preciosos belenes».
Devota del Cristo de las Claras, la Duquesa de Alba  no ocultó su espíritu navideño, una fiesta, la Navidad, que ese año iba a pasar en casa, «junto a mis hijos y mis nietos», reseñó aquel día de diciembre.
Se esperaba que este pasado verano acompañara a su marido,  Alfonso Díez Carabantes, en su pregón en el Teatro Principal, pero habrá que recordar a  Cayetana Fitz-James Stuart, en el que fue su última visita a Carrión y a Palencia, en uno de sus últimos actos públicos. 
Al menos, como reconoció su marido, la Duquesa se fue cerca de Palencia. «En su mesilla de noche, en el lugar más destacado, tiene un Cristo de las Claras», afirmó en su pregón. 
Por cierto, su funeral será oficiado por el cardenal y arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, muy vinculado a la provincia de Palencia.