La vaca serrana, en peligro de extinción

SPC
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Enfermedades como la tuberculosis amenazan la supervivencia de esta especia de la que sólo existen unos 200 ejemplares

losis ponen en peligro la supervivencia de la vaca serrana negra, una especie de la que sólo existen unos 200 ejemplares (mayoritariamente en Soria), una cifra menor que el censo de osos y linces ibéricos.
La Real Cabaña de Carreteros, la que ha dado la voz de alarma sobre esta situación, solicitó a la Junta de Castilla y León que realice la prueba de tuberculina comparada y que cumpla con la Ley de Seguridad Animal para garantizar la herencia genética de la res. «Deben dejar parir a las vacas que den positivas», insistió el presidente de este colectivo oriundo de la zona de Pinares de Soria-Burgos, Antonio Martín Chicote.
De este modo, aseguró a Ical que esta vaca presenta, desde hace años, problemas sanitarios, y acusó a las administraciones de no haber sabido encauzar el problema y no haber puesto los medios suficientes para su conservación.
El pasado año, la institución provincial soriana, propietaria de una explotación de vaca serrana en Taniñe decidió sacrificar a un total de 200 ejemplares, la totalidad del ganado, al detectar durante varias campañas sanitarias la presencia de tuberculosis en las reses. Al no poder controlar la enfermedad, aprobó el vacío sanitario y cerró la explotación, lo que provocó que se llevarán al matadero 170 ejemplares de este animal en peligro de extinción.
«La Diputación cometió un gravísimo error porque no había investigado ni luchado contra las causas del contagio de los animales, algo impropio de una institución pública. Más de 2.000 firmas de todo el mundo se manifestaron en el mismo sentido dado que esta enfermedad está prácticamente erradicada en muchos países. Ahora estamos en un momento de indefensión total, obligando a los ganaderos a sacrificar animales en extinción, la institución que debe protegerlos como lo hace con la fauna silvestre», criticó. Actualmente son dos las explotaciones en la provincia de Soria, que disponen de esta raza amenazada.
A este problema, se le suma el surgido en Quintanar de la Sierra (Burgos). Varios socios de la Real Cabaña de Carreteros, trajeron hasta la localidad varias vacas serranas de Soria para domarlas y utilizarlas con fines lúdicos (arrastre del mayo). Este mes se detectaron varios casos de positivos a la tuberculosis, y se encomendó el sacrificio de 14 reses. Para Martín Chicote «se matan reses sin la certeza de la enfermedad en órganos vitales», por ello solicitó la prueba de la tuberculina comparada.
La enfermedad afecta principalmente al ganado que comparte pastos con fauna silvestre. El propio programa de erradicación de la tuberculosis, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino, apunta a los ciervos, corzos y jabalíes como potenciales transmisores de la enfermedad. Los ganaderos han reclamado en varias ocasiones un mayor control por parte de las administraciones sobre la fauna silvestre, fuertemente protegida por la normativa legal. Además, piden medidas como censos y vigilancia sanitaria de la fauna salvaje para controlar los contagios.
 
herencia genética. El jefe del Servicio de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León en Soria, José Manuel Ruiz, detalló que el pasado año, el 99,69 por ciento de las reses de vacuno de la provincia de Soria estaban libres de cualquier enfermedad (tuberculosis, brucelosis, leucosis y la pleuronemonía), y añadió que estas se transmiten al ser humano. Es por ello, que lanzó un mensaje de tranquilidad a la población, y añadió que la provincia de Soria está libre de cualquier alarma sanitaria.
El responsable explicó que, en aras de garantizar la pervivencia de esta especie en peligro de extinción, el pasado año, la Junta realizó una recogida de material genético (óvulos y semen) de animales serranos que se conserva en un centro especializado en León.
Ruiz aseveró, además, que la Junta dispone de una línea de ayudas para los animales en peligros de extinción, al tiempo que advirtió que deben ser los ganaderos los que apuesten por su mantenimiento, a pesar de sus bajas características productivas. «Tiene actitud de trabajo más que cárnica», indicó.