El buen tiempo acompañó y después de dos años deslucidos por la incómoda presencia de la lluvia, cientos de palentinos se desquitaron ayer y participaron masivamente en la romería de San Marcos, que tradicionalmente se celebra en el Parque del Sotillo.

Y es que después de una semana de lluvias (ideales para coger caracoles) parece que los palentinos tenían ganas de echarse a la calle y qué mejor manera que darse una vuelta por este céntrico parque capitalino, adquirir algún productos en los puestos instalados en el pasillo central y, cómo no, chuparse los dedos tras comer caracoles, además de saber quién es el palentino que mejor los cocina.

El tradicional concurso de caracoles que se celebra en esta fecha reunió en la tarde de ayer a doce participantes, entre particulares y colectivos, que se esmeraron en preparar sus recetas como si guisaran para sus familias. A las seis de la tarde, cada uno de los participantes ocupó su espacio en las casetas habilitadas a modo de cocina para empezar a trabajar en su propuesta gastronómica del concurso.

Todos ellos llegaron allí con cerca de un kilo de caracoles, ya lavados y cocidos, y con una hora por delante para preparar in situ su plato, ante la vista de todos los que no quisieron faltar a esta tradicional cita.

Y sesenta minutos después los doce participantes se presentaban en el vestíbulo de las piscinas del Sotillo con sus platos para que el Jurado eligiera los tres mejores.

UN GANADOR CLARO. Y eso es lo que precisamente hicieron las ocho personas que probaron las doce propuestas. Los miembros del Consejo de Fiestas, el presidente de la Asociación General de Hostelería de la CPOE y una representante de la Asociación de Vecinos de Allende el Río, como anfitriona, fueron los encargados de determinar qué caracoles eran los más sabrosos.

Con pan y vino, «porque beber agua y comer caracoles sienta mal», dijeron algunos, degustaron platos tradicionales en los que el caracol era el ingrediente principal. Cada uno eligió los tres que a su juicio eran los mejores y luego se sumaron todos los votos. Y la votación fue rápida puesto que no hizo falta llevar a cabo una segunda ronda. «Hay un nivel muy alto. Es difícil elegir», aseguró el concejal de Fiestas, Sergio Lozano, al acabar la cata a ciegas.

El ganador de esta edición conquistó a buena parte del Jurado, a tenor del alto número de votos que cosechó. Las representantes del barrio de la Avenida de Madrid se alzaron con la primera posición por una receta sin secreto. «Quizá la clave está en que cocemos los caracoles con un hueso de jamón y especias», afirmó Soraya Antúnez, una de las cocineras que recogió los 250 euros con los que está dotado el premio. Este colectivo participa todos los años y ya consiguió una tercera posición en una edición anterior.

El segundo premio fue para otro veterano en el concurso, José Antonio Arenillas, que siguió la receta de su padre. «Todos los años hago la misma receta, con chorizo, jamón, bacon... y ya conseguí una segunda posición en el concurso de hace dos años», explicó tras recibir los 150 euros de premio.

Muy contenta y satisfecha estaba la tercera clasificada, Pilar Aristín, ya que esta era la primera vez que se atrevía a participar en este concurso. «La receta es la que hacía mi abuela y eso sumado a que le pongo mucho cariño a la hora de hacerlo parece ser que ha gustado», señaló tras recoger su premio de 100 euros.

Y mientras algunos bailaban en la verbena, los niños saltaban en los hinchables o se divertían en los carruseles, muchos hacían lo que manda la tradición del día de San Marcos: comer caracoles de los cocinados por Bar Casco Viejo.