La cambios sociales y económicos experimentados en las últimas décadas, con la consecuente mejora del nivel de vida y el aumento del tiempo libre, han provocado que la pesca ganara peso como vía de contacto con la Naturaleza a través de la práctica de una actividad recreativa.

En estos últimos años, el número de pescadores que ejercita su actividad en los ríos ha experimentado un fuerte crecimiento, que motivó la actualización en 2013 de la Ley de Pesca de la Comunidad Autónoma. Entre las novedades se creó la Red de Seguimiento y Control de las poblaciones acuáticas de Castilla y León, al objeto de garantizar la planificación y gestión de los recursos apoyada en un adecuado conocimiento del estado de las poblaciones y el medio en que se desarrollan.

En la provincia se trabaja en 34 zonas, que son las más representativas de la red fluvial provincial. Se trata de tramos de agua de las Cuencas del Carrión y del Pisuerga en los que se analiza la carga poblacional, su estado y su evolución, así como los posibles problemas que pudiera sufrir.

Esta labor de inventario, que hasta ahora la realizaba una empresa externa, ha comenzado a desarrollarla este año la propia Administración Regional. En Palencia, desde la Sección de Vida Silvestre del Servicio Territorial de Medio Ambiente se han tomado las riendas de este análisis y este año les ha tocado el turno a las trece zonas ubicadas en la Cuenca del Carrión, que cada tres años se analizan. «Es el período que tardan las truchas, que es la especie que más abunda, en dar la talla suficiente para ser pescadas y comenzar a reproducirse», explica la jefa de la Sección de Vida Silvestre de la Delegación Territorial de la Junta, Esperanza García.

Además, cada tres años también se analizan los trece espacios que pertenecen a la Cuenca del Pisuerga, mientras que hay dos tramos que se muestrean todos los años. «Son lugares que siempre han tenido una importante población piscícola», dice Esperanza García. Se trata de una zona en Pino del Río y otra en Quintanaluengos.

Por último, hay otros seis espacios cercanos a los puntos marcados en el Carrión que se analizan de forma aleatoria para no perder la información obtenida otros años.

Desde finales de octubre y durante el mes de noviembre se ha venido realizando el muestreo en esta quincena de estaciones y, a falta de las conclusiones definitivas, Esperanza García destaca «una importante mejoría en la Cuenca del Carrión en lo que al número de  ejemplares se refiere. Es una zona que tradicionalmente ha sido aceptable en cuanto a especies, pero ha mejorado bastante».

En la Cuenca del Pisuerga, García explica que el agua que salía de los depósitos de Aguilar tenía mucha materia en suspensión y al depositarse impedía la correcta cría de los animales de los que se alimentan las truchas. La CHD ha realizado obras, por lo que se prevé una mejoría.

No obstante, «la trucha ha pegado un bajón importante en esta Cuenca», concluye García.