El PP se ceba con la crisis del PSOE en el primer pleno de la era Tudanca

Pablo Álvarez
-

Desde Herrera, que recriminó a los socialistas que se hayan pasado la legislatura con sus cuitas internas, a Del Olmo que puso al vicesecretario dimitido como ejemplo de mal funcionario

Juan Vicente Herrera, con gesto serio, se dirige a la nueva portavoz del PSOE, Ana Redondo, durante su intervención en el pleno. - Foto: Ical

La debilidad del PSOEde Castilla y León quedó nuevamente patente en el pleno de las Cortes. La sesión de control al Gobierno se convirtió más en el día de poner en evidencia las vergüenzas de los socialistas después del rocambolesco inicio de la era Tudanca con las muestras aún de una fuerte división, la fulminación del sector crítico en el Parlamento regional y la dimisión/destitución del vicesecretario general a las 48 horas por su oscuro pasado,
 
Los populares se cebaron con la crisis socialista. Comenzó el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, y le siguieron el resto de los consejeros que tomaron la palabra para responder a las preguntas de los portavoces del PSOE. 
 
En el estreno de Ana Redondo como portavoz del grupo socialista, la primera pregunta al presidente se centró en las prioridades del presupuesto para 2015. Después de las bienvenidas de cortesía, Herrera dejó un mensaje para su predecesor en el cargo, Óscar López cuando la dijo que tratará de darle motivos para que no se aburra y para que tenga incluso más compromiso y actividad que alguien que le precedió en ese desempeño. Para luego en el segundo turno volver a insistirle en la necesidad de que el PSOE se ponga a trabajar por los intereses de los ciudadanos de Castilla y León y reprocharles que se hayan centrado en «las cuitas de su propia organización política, que es a lo que se han dedicado ustedes durante toda la legislatura», reprochó el presidente de la Junta. 
 
Por ser la primera, también fue la más suave. Mucho más contundente se mostró la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, durante la pregunta planteada por José Francisco Martín en relación con la campaña para la dignificación de los empleados públicos, que el socialista calificaba como un escarnio y preguntaba quién iba a dimitir «por el gatillazo» de esa campaña.
 
«Gatillazo y ataque a la dignidad de los funcionarios es lo que ayer pasó en su partido con una persona que ha tenido que dimitir porque no iba a trabajar y cobraba. Ese es el gatillazo auténtico del Partido Socialista», replicó la consejera de Hacienda ante una de las ovaciones más largas profesadas durante la sesión de ayer por parte de sus compañeros de bancada. 
 
Incluso, el consejero de Educación, Juan José Mateos, que siempre se ha caracterizado por un perfil menos político, dio la bienvenida a Ángela Marqués con un sarcástico «veo que progresa adecuadamente», tras su ascenso a la dirección del Grupo Socialista en calidad de viceportavoz en detrimento del palentino Julio López, reconocido representante del sector crítico. Y luego insistió, tras la dureza de las acusaciones de la socialista sobre la gestión de los menús con larvas, el consejero volvió con sorna a insistir «veo que se ha ido su secretario general pero usted quiere seguir progresando». 
 
Los consejeros de Sanidad, Antonio Sáez, y la de Familia, Milagros Marcos, también tuvieron referencias irónicas para los socialistas. 
 
En el estreno de Ana Redondo como portavoz del PSOE en las Cortes ya se notó el endurecimiento de la oposición que pide el nuevo secretario general, Luis Tudanca, al menos en el tono. A la hora de hablar de los presupuestos de la Junta para 2015 utilizó calificativos como decepcionantes y de puro electoralismo. 
Sólo el socialista vallisoletano Pedro González aprovechó para atacar al PP por sus temas internos. Y lo hizo personalizando en Alfonso Fernández Mañueco, en calidad de  presidente del Comité Nacional de Derechos y Garantías del PP, al que pidió celeridad a la hora de concluir los expedientes a Rodrigo Rato y a Ángel Acebes, el primero por las tarjetas opacas de Caja Madrid y el segundo por la citación en el ‘caso Bárcenas’.
 
El pleno se caracterizó por constantes interrupciones y murmullo desde la bancada socialista en prácticamente todas las preguntas.