El 80% de los niños con TDAH tiene bajo rendimiento escolar

E. Marín
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Más de 300 personas participaron en una jornada en la que se puso de manifiesto la importancia de trabajar de forma conjunta en el ámbito educativo, sanitario y familiar

El 80% de los niños con TDAH tiene bajo rendimiento escolar - Foto: dp

El 80% de los niños con TDAHtiene algún tipo de dificultad con los aprendizajes. Se trata de problemas diversos que pueden ir desde la dislexia o la discalculia, hasta problemas para atender en clase, hacer los deberes o de comprensión lectora. De esta manera, los resultados académicos no tienen correlación con los esfuerzos que han realizado. Así lo puso de manifiesto ayer la psicóloga Ana Miranda Casas durante su intervención en la VI Jornada sobre TDAHen Palencia, en la que participaron más de 300 personas.

«Con una capacidad normal, cuando uno realiza esfuerzos tiene sus resultados, pero en estos niños no es así. Tienen muchas dificultades de llegar al estado óptimo en los aprendizajes», destacó por su parte el presidente de la Asociación TDA-H Palencia, José Antonio Hoyos.

Para paliar los efectos del trastorno se utilizan una serie de tratamientos farmacológicos, que nunca deben venir solos. «Lo recomendable es un tratamiento combinado: una medicina que ayude a paliar los síntomas y un tratamiento psicoeducativo  e individualizado hacia el menor. Que se le ayude con estrategias que, poco a poco vaya desarrollando, para controlar mejor los síntomas que padece», explicó Isabel Hernández Otero, psiquiatra infanto-juvenil.

En dicho sentido, añadió que «este tipo de tratamientos es como cuando un niño padece asma: si se le quita, el niño se ahoga. En ocasiones no lo requerirá, pero en otras sí. Anivel adulto, la mitad de los niños necesitará tratamiento  farmacológico mientras que los otros tendrán un mayor control de los síntomas». Este «trastorno neurobiológico», muchas veces es «incontrolable», por lo que depende de la genética y del desarrollo de la persona afectada el que mejore o no.

Respecto al hecho de que estos menores puedan sentirse incomprendidos en muchos ámbitos, Hernández Otero cree que «queda trabajo por hacer para que la sociedad entienda que no es mala educación o no querer, sino no poder, ya que el primero que sufre es el menor». Respecto a que en la actualidad parezca que se etiqueta a muchos menores asegurando que sufren este trastorno, Hoyos insiste en que desde las asociaciones se  apela a que los diagnósticos cada vez sean «mejores y más correctos». «Para eso están los profesionales, que son quienes deben decidir si es un niño movido o padece TDAH», dijo.

Cada vez hay mejores fármacos y más herramientas para ayudar a estas personas, por lo que se pide apoyo para que estos menores superen sus dificultades y no sean catalogados como niños más ineficaces. «Un niño con un TDAH tratado puede llegar lejos», concluyó Hernández.