En agosto de 1945, concretamente el día 6, el bombardero Enola Gay arrojó sobre la ciudad japonesa de Hiroshima la primera bomba atómica usada en un conflicto bélico: Little Boy. 

Este año se  ha conmemorado el 70 aniversario de esa efemérides y muchos son los documentales que aún se ven en la televisión sobre el desarrollo de aquella bomba que hizo claudicar al Imperio Nipón y a sus consecuencias inmediatas, como la destrucción que aquella deflagración generó en apenas unos segundos. Una ciudad habitada por más de 285.000 habitantes fue borrada de un plumazo. La mitad de sus ciudadanos pereció.

Pero, ¿qué habría ocurrido si, en un universo paralelo, aquel proyectil de 4.400 kilos de peso, tres metros de largo y un diámetro de 71 centímetros, hubiera desplegado sus 16 kilotones sobre la capital palentina? ¿Y si cayera ahora? ¿Hasta dónde llegaría? ¿Cuánta gente se vería afectada?

En relación con los 70 años del lanzamiento de Little Boy y de Fat Man (la segunda bomba sobre Nagasaki), una página web puso en marcha una aplicación en la que se puede calcular los efectos y el alcance aproximado que una explosión nuclear como aquellas generaría en cualquier punto del planeta.

Si nos fijamos en la Palencia de la década de los 40 del siglo pasado, habría que decir que la ciudad, con poco más de 34.000 habitantes, habría sido barrida casi desde sus cimientos, cayera donde cayera, como nuestra la simulación sobre el fotoplano de la ciudad fechado en 1949. La circunferencia roja marca el radio de destrucción total; el rosa, la práctica desaparición de cualquier edificio y vida y el azul exterior se extiende por el alfoz de la ciudad, donde pese a estar atenuados los efectos, las construcciones de hace 70 años apenas aguantarían la onda expansiva.

En el caso de la situación actual marcamos dos puntos de la ciudad como posibles lugares de impacto. Uno de carácter emotivo, otro de carácter táctico y militar. Aunque a la hora de la verdad y con tal potencia nuclear, lo cierto es que las diferencias son mínimas en cuanto a efectos de población afectada. Como objetivo militar, la Fábrica de Armas de Palencia tendría todas las papeletas de recibir el mortal regalo. Si explotara aquí, buena parte del sur de la ciudad se vería reducida a cenizas. No quedaría piedra sobre piedra del barrio de Santiago, La Lanera, la avenida de Madrid, El Carmen, Campo de la Juventud,  María Cristina... ni del Polígono Industrial. En unos 800 metros a la redonda todo se volatilizaría. En ese primer anillo, moriría el 90% de las personas debido a la explosión y la onda expansiva. Las mujeres embarazadas que sobrevivieran tendrían un aborto debido a la radiación. Radiación que posteriormente acabaría con más personas. 

En el segundo anillo, hasta los 1.600 metros, la tasa de supervivencia inicial sería ligeramente más alta: el 30% de quienes estuvieran en el círculo que ya llegaría hasta Pan y Guindas, San Lázaro y el Puente Mayor. También hasta el Hospital Río Carrión.

El tercer anillo acoge ya a la totalidad de la ciudad e incluso a localidades como Villalobón y parte de Villamuriel, donde Renault se vería afectada. En este radio de acción de unos cinco kilómetros, los supervivientes serían más, pero la mayoría de los edificios no conseguiría mantenerse en pie, por lo que las bajas seguirían siendo muy numerosas.

 

En la Plaza Mayor. Si el punto de impacto fuera un objetivo emotivo, como golpear a la ciudad en su centro, en la Plaza Mayor, el primer círculo tocaría de lleno a la Palencia histórica. Desde las piscinas de Eras de Santa Marina a los Maristas y desde la Dársena al Vial todo sería un erial nuclear.

Ya en el segundo círculo, el del kilómetro y medio, apenas quedarían viviendas: Sólo los chalés del Paseo de la Julia (frente al Parque Ribera Sur) y las casas del Camino de la Miranda en el barrio de Cristo. El tercer anillo abarca ya toda la ciudad, Villalobón y Grijota.

Donde apenas se notaría la diferencia entre que la bomba cayera en la Plaza Mayor o en la Fábrica de Armas sería en un cuarto círculo que haría que a todas las localidades del alfoz llegaran los efectos, atenuados por la distancia. Venta de Baños, Villamuriel, Grijota, Dueñas, Magaz, Torquemada, Becerril, Villaumbrales, Cascón, Fuentes de Valdepero, Santa Cecilia del Alcor, Villaviudas…  Entre cinco y 20 kilómetros desde la zona cero, los edificios quedarían indemnes, pero los cristales se romperían como testigos de la tragedia que se acababa de producir.

Por fortuna, esto es sólo una simulación, pero está basada en los efectos de bombas reales que acabaron con la vida de personas reales. Miles. En un primer momento, en Hiroshima, 80.000. Las mismas que ahora viven en Palencia.