Ni perdonan, ni olvidan

O. Herrero
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Los mismos tendidos que dedicaron una bronca al 'villano' 'Morante', le entregaron una oreja en el cuarto que no enjugó el cabreo del respetable por haberse borrado ante 'Lumbrero'

Ni perdonan, ni olvidan, pero son justos en el momento que deben serlo. Los tendidos de Campos Góticos aplicaron ayer esta máxima con las actuaciones de Morante de la Puebla: el villano de la tarde a los ojos de muchos aficionados en la Plaza. Pero como decía el anuncio, «benditos villanos». ¿Qué sería de todos sin las genialidades de los malutos?.
El de La Puebla del Río fue el objetivo de las miradas del respetable durante buena parte de la tarde. Estuviera lidiando o no. Abría plaza y, pese a estar el público frío, casi sin sentarse, respondió el respetable al recibimiento de capote. Hasta le animaron. Sería la antítesis de lo que llegó con la muleta. No lo vio claro el diestro y abrevió la faena, para disgusto, pesadumbre, enojo e ira de los que pagan. Los pitos en el momento de entrar a matar no fueron nada con la bronca posterior.
«No, no, no», le decía con el dedo un aficionado cuando Morante solicitaba la venia a la Presidencia para retirarse al callejón. En un partido de fútbol la calificación  hubiera sido «sin calificar, no compareció o se cayó de la convocatoria», decían con mucha retranca unos aficionados. Y cuando salió Perera le llegó una recomendación:«Morante, grábatelo en el móvil».
En el segundo toro del sevillano, los tendidos hicieron borrón y cuenta nueva.  Aplaudieron los 41 pases. «Uno limpio como ése ya merece la pena», afirmó un morantista. Un importante sector de la plaza entendió lo mismo y pidió la oreja. Y una vez concedida, volvió la bronca. «Vale, te damos el premio por este toro, pero no olvidamos el primero», parecieron decir los tendidos durante su vuelta al ruedo y posteriormente en su despedida del coso. Y es que además de los antecedentes, la mitad de la plaza consideró que no era merecedor de la oreja. Este apéndice fue lanzado por un subalterno a unos niños muy cerca de la modelo Nieves Álvarez, sentada en la barrera, que repitió presencia en los tendidos como Marcos García Montes. Antes del festejo, Álvarez tuvo una palabras con Morante.
Junto a las cadenas de la barrera estuvo la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén. A su lado,  Rocío Hervella (Prosol), y el presidente del PP palentino, Carlos Fernández Carriedo. Flanqueando esta terna, los senadores populares José Antonio Rubio Mielgo y Marta Domínguez. 
En la barrera del Ayuntamiento, el teniente de alcalde, David Vázquez, y la vicesecretaria del Ayuntamiento, Rosa de la Peña. También del Ayuntamiento, camuflado en los tendidos, Sergio Lozano, concejal de Fiestas, y en el callejón Toño Marcos, de Medio Ambiente. 
Por su parte, el vicepresidente de la Institución Provincial, Luis Calderón, pisó por primera vez en esta feria el callejón. Estuvo junto a Julián Espegel, de Prosol, y el general Aurelio Quintanilla. Igualmente en los burladeros, el delegado de la Junta, Luis Domingo González, presenció el festejo acompañado del responsable de la oficina de Trabajo de la Junta en Palencia, Miguel Meléndez, además de Ignacio y Roberto  de las bodegas César Príncipe de Fuensaldaña.
Muchos alcaldes y representantes de pueblos a pie de arena: por ejemplo, los de Cordovilla, Quintana del Puente, Fresno, Astudillo, Reinoso, Velilla, Amayuelas, Payo de Ojeda, Buenavista, Páramo de Boedo, Villameriel, Lomas y Castil de Vela, entre otros.
Como punto exótico, en las gradas disfrutaron de la fría tarde, con dos tercios de entrada, dos miembros del Club Taurino de Nueva York en gira por España.
Pudieron comprobar la evolución de los estados de ánimo de una tarde de toros. De la bronca a la satisfacción y más tarde a lo sublime para acabar el abono en lo más alto gracias a José Garrido. Esta tarde rejones. Mismo lugar, distinto espectáculo y diferente público.
 
‘Palencia Cañí’.  La música escuchada ayer en la Plaza de Toros de Palencia tuvo su intrahistoria. Al menos dos piezas. Para abrir el festejo, durante el paseíllo, sonó Palencia Cañí de Antonio Guzmán Ricis. La Banda Municipal de Música de Palencia eligió este pasodoble en honor a su hijo, Luis Guzmán Rubio, fallecido ayer a los 93 años. 
‘Morante torero’.  La agrupación musical del Ayuntamiento de Palencia tuvo que cambiar sobre la marcha su programa. Estaba previsto que, de haber música en el primero de la tarde, sonara el pasodoble Morante Torero. Sin embargo, la única música que se oyó durante la primera faena del torero sevillano fue la de viento de los silbidos desde los tendidos. No sonó, por supuesto, durante la actuación de Perera ni de Garrido y la Banda Municipal lo reservó para el cuarto de la tarde. En ese sí pudo poner la partitura sobre los atriles y acompañar al diestro con su pasodoble.
 
La carpa del de La Puebla.  Desde por la mañana estuvo ubicada en los aledaños de la Plaza de Toros, junto a la puerta grande, la pequeña carpa del Morante Tour. Fueron muchas las personas que se acercaron desde el mediodía, incluso poco antes del festejo. Pero fueron los niños los que más disfrutaron. Esos menores que pudieron jugar a los toros en la representación de una plaza, ver útiles del matador, fotografías, ponerse detrás de un burladero o darle unos pases y unos capotazos a un carretón adaptado a su estatura. Además, se llevaron una gorra de recuerdo.