Castillo en el aire

diariopalentino.es
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Hoy se cumplen dos años del derrumbe parcial del Castillo de Belmonte de Campos. 24 meses sin haberse ejecutado actuaciones para su reconstrucción y conservación

Un enorme caserón en la calle Portillo, esquina con la calle Cuesta mira de reojo lo que queda en pie del Castillo de Belmonte de Campos. Ambos parecían librar ayer una pelea por saber quién aguantará más en pie.

Algo parecido a un duelo, en el que los dos contendientes están heridos, pero a los que todavía les quedan fuerzas para mantenerse en pie. Fuerzas que ya no tienen otras casas cercanas, ni algunas bodegas situadas a las faldas del castillo. Se han venido abajo. Han dejado de luchar.

En el imponente inmueble de dos plantas, la cubierta deja entrever una degradación progresiva, más patente en otros elementos exteriores como ventanas, balcones y el suelo empedrado que hace las funciones de acera en su perímetro.

Del Castillo de Belmonte de Campos, monumento histórico-artístico desde 1931, que fue construido a finales del siglo XV y principios del XVI bajo el poder de don Juan Manuel de Nájera, solo queda en pie la Torre del Homenaje, que no es poco.

El paso de los siglos y la desidia no son buenos compañeros de viaje del patrimonio.

Hoy se cumplen dos años desde que se vino abajo parte de la muralla del Castillo de Belmonte...y todo sigue igual.

Un 29 de abril de 2013 se encendió por enésima vez la luz que daba la alarma.

Lluvia y viento se unieron ese día para arremeter contra la fortaleza. Un hastial que pudo ser parte de una edificación palaciega dijo basta.

La imagen que durante décadas se ha podido contemplar en los accesos a la Torre desapareció en cuestión de segundos.

Tras el susto, los lamentos y casi sin solución de continuidad, las quejas municipales. El que no llora, no mama y en Belmonte, después de llorar, consiguieron al menos que la Junta se hiciera cargo de una actuación de emergencia.

Se consolidó el arco, se retiraron las piedras caídas, se limpió la zona y el material del muro afectado fue apilado con el objetivo de utilizarlo en un futuro, o eso se dijo en principio.

Hasta ahí se puede contar. 24 meses después, las piedras (casi todas) seguían ayer en su sitio. Marcas verdes y azules las diferencian. Son detalles en los que el tiempo no repara. No entiende de clasificaciones. Pasa para todos y para todo por igual. La idea que se manejaba hace dos años es que pudieran ser reutilizadas...si es que hay ocasión para ello.

Porque en dos años, todos los anuncios realizados han caído en saco roto. El Castillo de Belmonte sigue, lentamente, su camino hacia la desaparición y no hay visos de que se vaya a revertir esta situación.

La alarma social generada en su momento ha dado paso a una situación que, a tenor de la imagen que ofrece el Castillo, se puede calificar de transitoria con tintes de cuasi definitiva. Que las enormes piedras sigan apiladas no es la mejor de las noticias.

Acuerdo. Todo lo que haya que ejecutarse en el Castillo de Belmonte de Campos está condicionado a que se produzca un acuerdo de cesión de los propietarios privados de la fortaleza al Ayuntamiento.

La Junta, una vez cedida la propiedad está dispuesta a colaborar, y promover los trabajos de urgencia y la búsqueda de financiación para consolidar el castillo.

Sin acuerdo no hay cesión, y sin cesión, no hay intervención.