La gestión de los residuos en la provincia vive un «momento estratégico». Tras un trabajo que comenzó con el plan de residuos a nivel regional y la construcción de las plantas de tratamiento, se inicia una nueva etapa en la que se busca el compromiso de contribuir en la transición hacia una economía circular, un nuevo modelo económico en el que se busca «cerrar el ciclo de vida» de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía.

«Hemos terminado diez años de contrato e iniciamos una nueva etapa intentando contratar el servicio, pero ahora sabiendo que la planta de tratamiento es una instalación estratégica sobre la que tiene que pivotar el resto de la estructura, con las innovaciones tecnológicas correspondientes para el tratamiento adecuado de los residuos», explica la gerente del Consorcio Provincial de Residuos, Mercedes Cófreces.

En esta década ha avanzado mucho la tecnología del tratamiento, así como los objetivos y la manera de gestionar los residuos, por lo que el nuevo contrato «va a suponer una importante modernización técnica y el cumplimiento de unos objetivos de sostenibilidad medioambientales».

En el ciclo que ahora se cierra se ha realizado un trabajo importante, «en el que se ha sensibilizado a la sociedad, que está en la dinámica del reciclaje», apunta Cófreces. «Pero ahora  se da un salto importante, pues la nueva estrategia de gestión de los residuos avanza hacia un modelo circular», añade la gerente del Consorcio.

De esta manera, el nuevo modelo, según la UE, debe contribuir a los objetivos de crecimiento inteligente, sostenible e integrador establecidos en la Estrategia Europa 2020 y crear oportunidades para las economías locales. Así, se prioriza el principio de jerarquía en la gestión de los residuos y se establecen objetivos ambiciosos de recogida separada, de reciclado y de reducción de depósito en vertedero de los residuos.

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