El Athletic ganó ayer al Espanyol (0-2) en el choque de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey y consiguió el billete para la final, que disputará contra el Barcelona.

Un gol de Aduriz en el minuto 13 acabó con las esperanzas locales. El delantero se hizo un hueco entre cuatro defensas y disparó cruzado al palo largo, imposible para Pau, el meta blanquiazul.

El bloque ‘perico’ no tuvo su noche y en un mal primer tiempo se vio 0-2 abajo, ya casi sin opciones y ni siquiera optando a una prórroga. Los dos zarpazos de Aduriz y Etxeita, obligaban a los catalanes a marcar tres goles. Quizá les pudo la presión, y tampoco la fortuna se alió con ellos.

Caicedo fue el más peligroso de la escuadra de Cornellá, pero su único disparo claro y limpio se fue al palo tras una buena intervención de Herrerín, quien se lesionó en otra acción posterior dando entrada a Iraizoz.

El Espanyol se volcó sobre la meta rival con más corazón que cabeza. Por su parte, un Athletic que ya creía haber hecho los deberes, se replegó atrás y neutralizó la pólvora local, esperando a matar el partido en una contra.

Al final, el conjunto de Ernesto Valverde, con menos peso ofensivo, pero un acierto impecable, se ganó el billete para su trigesimoséptima final de Copa, la octava que jugarán contra el Barcelona.