Le ha costado este año abrir la puerta grande de Campos Góticos

Hombre, eso lo que demuestra es que nuestra profesión no es nada fácil. Y para triunfar se tienen que dar muchas circunstancias a la vez. El caso es que en la de Alcurrucén por unas cosas y en la de Cuvillo por lo mismo no he podido brillar como a mí más me gusta, si bien gracias a Dios, a base de entrega, he logrado abrir otro año más esa puerta grande.

¿Qué balance hace de ambas tarde?

Positivo,  muy positivo más que nada porque he disfrutado ambos días en esta plaza a la que llevaba dos años sin venir y en la que me he entregado de lleno con los cuatro astados que me ha tocado lidiar, cosa que pienso no pasó desapercibida entre el público palentino ya que supo premiar con justicia mis actuaciones.

El viento volvió a molestar...

Al principio parecía que soplaba con menos fuerza que ayer con la de Alcurrucén, sin embargo a medida que avanzaba la tarde iba incrementándose y ya se sabe que el aire es el peor enemigo que tenemos los toreros.

Y los aceros se le han resistido

Es cierto que no he acertado a la primera con ninguno de los cuatro toros y es algo poco frecuente en mí, pues los estaba viendo claros. La conclusión que saco es que los toros tienen huesos.