Segunda jornada y segundo empate para el Club Deportivo Becerril y el Danisa Cristo Atlético, que ayer firmaban tablas en un nuevo derbi provincial, en el MarianoHaro, donde hubo oportunidades (aunque pocos remates claros sobre las porterías), buen trabajo defensivo en ambos conjuntos y ausencia de acierto en los últimos metros.

Un empate que esta vez le sabe mejor al Cristo, un conjunto en construcción, con muchas novedades y debutantes en la categoría, que acabó sumando un punto y tuvo sus opciones, sobre todo gracias al dominio en el juego aéreo. Su entrenador, Toño Marcos, celebraba tras el enfrentamiento que sus jugadores habían rematado prácticamente cada falta y cada córner señalado por el colegiado leonés -no era palentino, lo que suele ser norma en los derbis provinciales-. Y no le faltaba razón, pues en un duelo tan igualado y sin goles, en cualquier acción de ese tipo pudo desequilibrar la balanza el conjunto visitante.

Comenzaba el partido con un primer cuarto de hora de llegadas becerrileñas, haciendo daño a la defensa capitalina sobre todo por la banda izquierda de su ataque (obligando al técnico visitante a permutar la ubicación de Pablo y Aner, dejando a este último definitivamente como defensor). El joven Álvaro y las caídas a banda de Merino creaban problemas a su rival. Marcel despejó en una ocasión, mientras que Blanco y el propio Merino cabecearon alto en posiciones cercanas. En el 15’ de nuevo Merino dejaba atrás a Jambo (el ex del Becerril ayer lució el brazalete de capitán del equipo visitante)para rematar al lateral.

En  el 17’ una subida de Isma acababa con el primer disparo lejano del Cristo, que atrapaba sin problemas Ortega. Un Cristo que sobre todo apretaría en los ocho últimos minutos, con el empuje de Héctor (ayer interior) y un Aitor que trataba de hacer la guerra por su cuenta. Otro cabezazo alto de Merino precedió a una jugada de acoso visitante tras un córner. El balón rondaba las porterías, pero nadie atinaba con el remate. Aunque cerca estuvo de nuevo Merino, en el 37’, tras una gran triangulación local iniciada por Arquero, donde la pelota pasó con velocidad por las botas de Blanco (en uno de sus últimos choques con el equipo, antes de irse a trabajar a Escocia), Calleja y el delantero, que a punto estuvo de marcar.

En la reanudación, cuando el calor sofocante dio paso al inicio de la tormenta, parecieron enfriarse las ideas en el césped, a la vez que se perdía frescura por el desgaste. El Cristo concedió menos espacios, mientras seguía creando peligro a balón parado (un balón al que no llegó Ortega por el viento no fue aprovechado por Camilo en la mejor opción de su equipo). Y el Becerril, que notó mucho la ausencia de Melero, apenas disparo por medio de Merino y Blanco sin fortuna ni tino.