El verano y las vacunaciones de animales van de la mano. Con el calor, las garrapatas, el mosquito de la leishmania, las espigas y las pulgas pueden convertirse en los peores enemigos de los canes, pero no son los únicos. Según la legislación sanitaria de Castilla y León, los perros han de disponer de la vacuna de la rabia y están obligados a la implantación del chip con los datos de su dueño a partir de los tres meses de edad, además de la desparasitación dos veces al año y tener la cartilla de vacunaciones. La ley sobre la vacunación de la rabia ha cambiado respecto a otros años, ya que en la región era cada dos y ahora es anual, al igual que a mayores es obligatorio el sello de un veterinario de la desparasitación interna. El precio de las vacunas oscila entre los 20 y 30 euros dependiendo de clínicas, «son precios asequibles» asegura Jesús María Blanco, veterinario de la Clínica Don Can.

funcionamiento del chip. El chip crea gran confusión a nivel popular, ya que se confunde mucho con un geolocalizador y es falso. El chip es un sistema de identificación que tiene el animal en el que únicamente aparece a quién pertenece. El funcionamiento del dispositivo es muy sencillo, se implanta en el animal un chip con una serie de números que al introducirlos en el sistema, un banco de datos indica quién es el dueño.

 La creación de este instrumento surge por la necesidad de responsabilizar legalmente a los dueños de los animales, ya que cuando había problemas se escabullían. Es verdad que están empezando a entrar en el mercado algunos aparatos con geolocalización como chapas o collares, pero es algo nuevo y por lo tanto poco común. 

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