Maravillas por descubrir

S.M.
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Maravillas por descubrir

«La sensación que recorre el cuerpo cuando se es consciente de que eres la primera persona en conocer y pisar un terreno hasta el momento oculto es única». Esto es lo que los integrantes del Club Deportivo de Espeleología de Velilla piensan cada vez que se adentran en alguna de las numerosas cavidades existentes entre las montañas Palentina y Leonesa. Un momento en el que se olvidan de los posibles problemas que puedan surgir en el día a día para sumergirse por completo en un terreno desconocido y labrado al detalle por la madre naturaleza. Experiencias irrepetibles en las que un mundo oculto se abre ante los ojos de estos aventureros que viven con intensidad una de sus pasiones.

Desde que se fundara hace seis años con ocho socios, el Club Deportivo de Espeleología de Velilla, que en la actualidad cuenta con 15 apasionados de esta ciencia, ha ido explorando y estudiando las cavidades subterráneas de Peñas Blancas, Peña Lampa, Peña Mayor y Cueto, zonas que le fueron asignadas por parte de la Federación Castellano y Leonesa de Espeleología.

Los inicios fueron bastante precarios dado que los miembros de este club se abrían nuevos pasos en las cavidades con la simple ayuda de una linterna. Poco a poco y, con la colaboración del Ayuntamiento velillense, pudieron ir adquiriendo los materiales esenciales de los que se componen los equipos que proporcionan seguridad dentro de los pozos. A partir de este momento comienza una incesante actividad por parte de este colectivo, que desde entonces no ha cesado en su trabajo de búsqueda de nuevas cavidades en la zona asignada, dando como resultado el descubrimiento de 150 pozos.

Uno de los más explorados es el de Honseca, que además se trata del de mayor longitud con 6.230 metros. Una cavidad en la que tras desobstruir un pequeño agujero para  abrirse camino, estos espeleólogos se encontraron galerías y salas con formaciones de todo tipo tales como estalactitas, estalagmitas, columnas, banderas, coladas, macarrones, corales y chimeneas. Un sinfín de variantes que la naturaleza ha ido puliendo gota a gota y soplo a soplo hasta crear auténticas maravillas visuales. «Este año ya no podemos trabajar más en esta cueva porque ahora tiene agua. Esperaremos a verano para poder seguir explorándola», comentan los aventureros quienes aprovecharán estos meses para entrar en otras cuevas que no presenten esta dificultad. «Tenemos trabajo por delante, hay muchos pozos que nos quedan por descubrir. Estamos en una zona de caliza con mucho potencial, es un verdadero privilegio poder actuar en esta zona», dicen.

PREPARACIÓN. Se trata de hallazgos que solamente consiguen realizar personas que están muy bien preparadas no solo físicamente, sino también mentalmente. «Es esencial no tener miedo a la oscuridad y a las estrecheces», dice uno de los miembros del club, que recuerda entre risas una anécdota que asegura no se le olvidará en la vida: «coincidió que en una Nochebuena salí a explorar una cueva y me quedé atorado en un agujero, pensé que me tendría que tomar allí las uvas», dice.

Otra de las bases es la preparación física. «Hay que estar en buena forma. Si una persona no lo está no dejamos que se meta en las cuevas», explican desde el club, donde una de sus integrantes, Beatriz Crespo ha ganado la medalla de Bronce en el IX Campeonato de España de Técnicas de Progresión Vertical, en la modalidad de Sinfín de Resistencia. «La prueba consistió en ascender en el menor tiempo posible una cuerda de 120 metros», explica la medallista. Este premio acredita así las buenas condiciones físicas con las que esta joven cuenta para poder practicar la que es su pasión.

Este Club Deportivo de Espeleología además de trabajar en la difusión, conservación, prospección, búsqueda e investigación de  cavidades subterráneas, entre sus actividades también se encuentran la iniciación a la espeleología y actividades en cuevas como las que practican desde hace tres años con los escolares del CRIE en Mostalejo (Peña Lampa). Todo ello con el fin de dar a conocer los rincones y las bellezas ocultas que se encuentran bajo tierra. Unos paisajes que el agua, el aire y el paso de los años se han encargado pulir con suma delicadeza.