La Policía Científica, el trabajo metódico de la Comisaría

Alberto Abascal
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Durante el pasado año la Brigada de Palencia logró por sí sola identificar con nombres y apellidos a los autores en el diez por ciento de los casos en los que trabajaron

La investigación puramente científica desde el punto de vista policial posibilita por sí sola el esclarecimiento de cerca del 10 por ciento de los casos en los que los funcionarios adscritos a este departamento son requeridos para que acudan a la escena de un hecho delictivo. Al menos, así los indican los datos estadísticos elaborados por la Comisaría de Policía Nacional de Palencia correspondientes a 2017.

Según estos datos, los funcionarios de la Policía Científica de Policía Nacional fueron requeridos en 214 servicios, aunque realmente pudieron trabajar en 187 (hay casos en los que, por ejemplo, la limpieza de un escenario echa por tierra cualquier posibilidad de estudio) y en 66 de estos 187 servicios se pudo obtener material suficiente (huellas, efectos de los delincuentes o material para estudio genético). Finalmente, el trabajo concienzudo de la brigada de Policía Científica concretó 15 identificaciones con nombres y apellidos como autores de los hechos investigados. La Policía Científica está formada por un conjunto de personas encargadas de la actividad policial para la investigación criminalística mediante la aplicación de métodos científicos, así como de la recopilación probatoria para la imputación de cierto delito. Generalmente, el grupo de funcionarios encomendados a esta disciplina forma una unidad, grupo o departamento propio dentro de los cuerpos policiales. En el caso de la Comisaría de Policía Nacional son seis los funcionarios adscritos al mismo dirigidos por el inspector jefe, José Antonio Agúndez. La formación de sus componentes depende del país y grupo policial en cuestión. Sin embargo, generalmente está compuesta por personal facultativo superior con formación universitaria (químicos, físicos, biólogos, psicólogos, informáticos...) y por personal de las diferentes escalas que han adquirido la formación necesaria de manera interna. En España, los análisis criminalísticos, propios de la Policía Científica, son llevados a cabo tanto por el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, como por los diversos cuerpos policiales autonómicos y algunos cuerpos de Policía Local o municipal, teniendo los dos primeros organismos competencia nacional y, los siguientes, competencia en el interior del territorio de actuación. «En Palencia, por fortuna, no tenemos un índice delincuencial alto y ni con asuntos realmente graves como reflejan las estadísticas de las grandes ciudades. Nosotros, en Palencia, actuamos generalmente cuando se nos requiere en robos, hurtos en domicilios, comercios, empresas o vehículos, además de daños o lesiones», explica a Diario Palentino José Antonio Agúndez. De hecho, habría que remontarse a julio de 2013, con el crimen de San Juanillo (el homicidio con arma blanca de un hombre a manos de una mujer), y mayo de 2014, con la muerte violenta de una joven psicóloga por una residente del centro asistencia de San Juan de Dios, para encontrar los casos más graves a los que ha tenido que enfrentarse este departamento.

Básicamente, el trabajo de los funcionarios de la Brigada de la Policía Científica de la Policía Nacional cuando son requeridos bien por sus compañeros de la Policía Judicial o por la propia autoridad judicial -en ocasiones trabajan codo con codo con el departamento de medicina forense-  se circunscribe a dos campos: el escenario de la comisión del delito y, posteriormente, el análisis con el material hallado en el laboratorio de la Brigada, que próximamente verá ampliado su espacio. (Más información en la edición impresa)