A dos meses de la celebración de la XXV edición del Acto de Exaltación del Fuero de Brañosera, el acalde de la localidad, Jesús Mediavilla, recibía hace unos días la visita de su homólogo en Guarromán, Alberto Rubio.

Situado en la provincia de Jaén, en las estribaciones de la Sierra Morena, la Real Población del Sitio de Guarromán fue uno de los nuevos asentamientos fundados al amparo del Fuero de Población, promulgado por Carlos III en 1767 con la finalidad de «construir una sociedad modelo de agricultores en la que pudieran mirarse los pueblos de España».

Un proyecto que nació al amparo del Siglo de las Luces, compuesto por núcleos igualitarios -con el trabajo y la propiedad de la tierra como principal fuente de riqueza- y la naturaleza y el urbanismo regidos por los ideales de uniformidad.

El municipió celebraba en octubre del año pasado el 250 aniversario de su Fuero, el último de España, e iniciaba hace unos días un proceso de hermanamiento con Brañosera gracias a la disposición de los respectivos alcaldes, que acordaron unir de esta forma a dos poblaciones separadas por casi 9 siglos de intensa historia en una de las naciones más antiguas del planeta.