«La suma de partidos no funciona, hay que volver a 2015»

Santiago González
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Sarrión valora los resultados en Andalucía y analiza su influencia en la construcción de candidaturas unitarias en Castilla y León para las elecciones municipales y autonómicas

«La suma de partidos no funciona, hay que volver a 2015» - Foto: Ical

¿Los resultados en Andalucía han hecho replantearse de alguna manera la negociación con Podemos?

Los resultados en Andalucía indican que la izquierda tenemos que hacer una importante replanteamiento. La lección principal es que no somos capaces de recoger el descontento que hay con el Partido Socialista. Si uno analiza los resultados, vemos que el bloque de Vox-PP-Cs aumenta unos 300.000 votos, que no es un aumento brutal teniendo en cuenta la población de Andalucía, pero por el contrario sí es muy significativa la caída de voto en el PSOE y en Adelante Andalucía (Podemos e IU). Esto quiere decir que no ha sido tanto una victoria de la derecha como una derrota de la izquierda.

Nuestro votante se está yendo a casa, eso es lo dramático. Tenemos que reactivarnos y reconectar con nuestros principios, ese es el objetivo en esta fase electoral. Para este periodo electoral, las fuerzas alternativas debemos ser capaces de ilusionar de nuevo al votante de izquierdas y reconectar con las bases decepcionadas con el PSOE. 

¿Y esto cómo se plasma electoralmente?

Tenemos que volver a nuestros orígenes, ser capaces de reconectar con esa izquierda no institucionalista, tenemos que ir mucho más allá de los procesos electorales y hacer política en los barrios, en las calles, en el tajo, en los sindicatos, en las plataformas de afectados por la hipoteca… conectar con toda esa amalgama social. En una palabra, hay que volver también a llenar las plazas y reconectar con el espíritu del 15-M. 

¿Teme que en Castilla y León la izquierda no pueda recoger los frutos de la anunciada bajada del PP?

Yo jamás hago pronósticos electorales y menos en un periodo tan voluble como el que estamos viviendo.

No obstante, es evidente que se está produciendo una fragmentación del Partido Popular, cuya razón principal que es la corrupción, que le ha convertido en un partido con cada vez menos credibilidad. El PP en Castilla y León es un partido además con redes clientelares y con una política tremendamente institucionalizada después de casi 30 años en el gobierno. Evidentemente vamos a un proceso de ruptura dentro del PP, lo que tiene un aspecto positivo que es el hundimiento de una fuerza estructuralmente corrupta, desde su tesorero hasta su secretario general, pero al mismo tiempo ha provocado el alzamiento de un partido que ha aglutinado los sectores más radicalizados del PP. Si uno analiza el resultado en Andalucía, el votante de Vox es de clase media alta, masculinizado, muy conservador y con tendencias racistas, antiemigrantes y antifeministas. Es un sector que procede netamente del PP.

¿Y cómo marchas las negociaciones con Podemos para alcanzar esa unidad de acción?

Articular candidaturas unitarias en una comunidad tan diversa y tremendamente plural es complicado. Somos nueve provincias y cada una con una filosofía, que incluso son diferentes en cada comarca. Aún así, estamos intentando marcar unas líneas generales que para IU tienen tres grandes rasgos, el primero es que no tiene que ser solo una suma de partidos porque hasta ahora no ha funcionado. La simple suma de fuerzas que se hizo en las elecciones de 2016 fue un fracaso y supuso una pérdida de un millón de votos. La experiencia de diferentes coaliciones similares no está funcionando. 

¿Y entonces qué plantea?

El modelo que llevamos en 2015 a las candidaturas municipalistas en ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Vigo o en Castilla y León, a Valladolid, Palencia, Salamanca, León o Burgos. La base es dirigirnos no solo a Podemos, Izquierda Unida o Equo, sino movilizar y sobre todo hacer partícipe a activistas que no están posicionados en partidos. Estoy pensando en manifestantes contra  deshaucios, en los participantes de las marchas por la dignidad, las mujeres que salen el 8 de marzo o los trabajadores de Vestas o cualquier otro conflicto obrero que están dando batalla contra las deslocalizaciones sin estar en partidos políticos. Ésta es la gente a la que hay que movilizar, ellos deben ser los protagonistas de este movimiento político, no solo nuestros votantes. Si hacemos un pacto entre los partidos y nos dirigimos a ellos para pedir su voto, no vamos a conseguirlo.

En segundo lugar, el programa se tiene que hacer horizontal y participativamente. Y en tercero, las candidaturas se deben elaborar de abajo hacia arriba en primarias abiertas. Esta es la propuesta de IU y ciertamente, Podemos parece que tiene otro modelo, pero la mesa está abierta y esperemos que haya acuerdo. 

¿La existencia de ambos modelos supone una distancia algo mayor que hace unos meses?

No, en absoluto. Todas las fuerzas a la izquierda del PSOE tenemos muy claro la necesidad de vertebrar una candidatura unitaria. Y lo que nos diferencia son cuestiones de procedimiento. Nosotros planteamos un modelo basado en las experiencias de candidaturas municipales que tuvieron éxito en Castilla y León. 

Podemos ha anunciado que su marca debe ir en la papeleta. ¿Esta cuestión está solventada?

El nombre de la papeleta es lo de menos. Yo creo que las organizaciones son instrumentos, a mí el que figuren o no el nombre es totalmente secundario y creo que a la gente le da igual. Se trata de construir proyectos nítidos con programas claros, con honestidad, con coherencia y presentárselos a la sociedad. Voy a poner un ejemplo, hace cuatro años íbamos con una marca distinta en cada capital de provincia, y en todas las tertulias se decía que esto iba a suponer una pérdida de voto porque podía despistar al votante, pero al final pasó lo contrario y se subió electoralmente porque el votante sabe perfectamente lo que hace, y más el nuestro que es muy concienciado y está muy politizado.

Esta amalgama ha creado conflictos internos a lo largo de la legislatura que incluso llegó a la ruptura del grupo municipal en Burgos

El caso de Imagina Burgos es bastante lamentable. Nosotros no estamos de acuerdo en cómo lo ha gestionado Podemos. Nuestra posición está completamente al lado de Imagina Burgos, un proyecto por el que apostamos y defendemos. Creemos que Imagina Burgos o Valladolid Toma la Palabra son modelos a exportar, con el añadido además de que en la capital burgalesa habíamos conseguido una convivencia de todas las fuerzas políticas. A mi me parece un tremendo error lo que ha hecho Podemos, han roto la unidad y eso se va a pagar caro y lo vamos a pagar todos, no solamente ellos. Espero es que seamos capaces de convencer a Podemos de que los espacios unitarios tienen que regirse en base a modelos horizontales y democráticos. Y que lo importante no es el protagonismo de los partidos, sino crear un espacio común donde todo se haga democráticamente.

Otra de las discordancias con Podemos son las primarias. ¿Alguien ha cedido?

Yo quiero decir en primer lugar que lo que nos acerca con Podemos es mucho más que lo que nos separa. Esto lo recalco y quiero dejarlo claro. Nos acerca un 99 por ciento y alguna diferencia sí que tenemos.

Respecto a las primarias es una cuestión procedimental, pero importante para nosotros. Sinceramente, creo que vamos a convencer a Podemos. Finalmente se van a dar cuenta de que es el modelo más interesante, porque al fin y al cabo es con el que nació Podemos. Son ellos quienes traen las primarias abiertas a este país y probablemente fue de las mejores aportaciones que han hecho. Y ese Podemos fundacional sigue siendo necesario y con él queremos confluir, por lo que creo que las bases y la propia dirección terminarán viendo que es lo correcto. Porque ése es el camino que ilusiona, que demuestra que nosotros no venimos aquí a por sillones, sino a dar la palabra a la gente y que no tenemos miedo de lo que diga el pueblo. 

¿Qué plazos se marcan para cerrar algún tipo de acuerdo?

A mi los plazos es lo que menos me preocupa. Lo importante es hacer bien las cosas y no dejarse arrastrar por los plazos. Evidentemente tenemos que tener en cuenta el calendario electoral, pero lo importante es ser capaces de vertebrar un proceso de abajo arriba porque lo que nos jugamos en el fondo es la capacidad de ilusionar a la izquierda o no, la capacidad de movilizar a la izquierda o no, y es lo que estamos viendo. Estamos en un ciclo en el que nuestro principal enemigo es la abstención y por lo tanto hacer las cosas bien es determinante.