Sin campana pero con los valores que cimenta a huebra, la Diputación convoca desde 2012 subvenciones que intentan recuperar el espíritu de colaboración entre los vecinos. Todo ello a través de los ayuntamientos y las entidades locales, que con estas ayudas de la institución provincial fomentan la mejora de espacios de sus localidades según las líneas de actuación que recoge la convocatoria.
Así, hay que hablar de la adecuación ambiental de espacios comunes de uso habitual; la restauración de zonas para que recuperen su función ecológica y de elementos tradicionales ligados a la cultura local y popular; el ajardinamiento de lugares degradados con especies adaptadas a las condiciones climáticas de la zona y de mínimo mantenimiento; la integración de elementos culturales y ambientales del entorno natural en zonas ajardinadas; el embellecimiento de calles o barrios; la creación de huertos municipales, llevados a cabo con criterios de sostenibilidad, propiciadores de biodiversidad y que mejoren la calidad ambiental del municipio.
A lo largo de estos años, según informa la Diputación, las solicitudes presentadas por ayuntamientos y entidades locales suman 283, el 40% proyectos de mejora del ajardinamiento de espacios degradados en zonas de especial interés. El embellecimiento del entorno en zonas ajardinadas supuso el 25%, idéntico que el de la adecuación ambiental de espacios comunes de uso habitual. El 10% restante fue para restaurar elementos tradicionales ligados a la cultura popular.
El montante de lo subvencionado desde 2015 hasta 2018 por la Diputación en el programa A huebra asciende a 480.000 euros. 176 fueron los proyectos subvencionados, cerca de un 39% del total.
La parte más agradecida de la convocatoria, la del reconocimiento a esta labor de colaboración entre vecinos, llega de la mano de los premios A huebra, que en estos años recayeron en Villerías, Autilla del Pino, Santoyo, Villahererros, Herrera de Pisuerga y Ligüérzana