Un hervidero de música, actividad, visitantes y turismo. Eso es lo que desde hace unos años es y supone para la ciudad el festival Palencia Sonora, un reclamo para las miles de personas que acuden al Sotillo durante dos jornadas nocturnas. Lógicamente, en algún lugar tienen que dormir los visitantes que llegan de fuera. La hostelería tiene en este uno de los fines de semana de más movimiento del año. Se constata en el hecho de que la demanda de camas ha sobrepasado, sobretodo para esta noche, la oferta existente en la capital, de forma que algunas reservas se han derivado al alfoz.