El partido de ayer ya lo habíamos visto antes, hace trece días, exactamente, ante el Briviesca. El Palencia Cristo Atlético herido por una derrota, media hora de dudas moradas, el rival crecido, Adrián frota la lámpara, aparece el genio (Zubi) y llega la goleada y los platos rotos pagados por el enemigo de turno, en este caso la Cebrereña. Diez minutos de inspiración de los de Huerga valen un partido y una entrada.