El Centro de Educación para Adultos San Jorge, ubicado en la avenida Casado del Alisal, registró este curso una reducción en el número de sus matrículas de en torno a un centenar de personas. «Siempre nos hemos movido en unas 1.200», reconoció ayer el director del centro, Benito Bravo. Para buscar una explicación a esta ligera caída, Bravo explicó que suele darse una caída «cuando Renault pone turnos» y que también se ha notado, en relación a otros años, la reducción de la población reclusa en La Moraleja. «Se ha pasado de 1.500 a 800 presos y eso se nota» porque el centro tiene una unidad en la propia prisión.Pese a todo, en toda la provincia hay 1.925 personas que se han dado una segunda oportunidad educativa al llegar a la edad adulta. De ellas, 1.100 están inscritas en el centro capitalino, y el resto se reparten por los otros tres centros que imparten educación para adultos en Guardo (222), Aguilar (350) y Villamuriel de Cerrato (247).