El líder de la Generalitat, Quim Torra, no está dispuesto a rectificar en su apuesta por la vía eslovena, que acabó con decenas de muertos, para alcanzar la independencia de Cataluña. De hecho, se niega a garantizar que vaya a respetar la Constitución, como le exige el Gobierno. No obstante, insiste en que su compromiso con la secesión pasa por defenderla siempre a través de una vía pacífica y democrática.
«El camino hacia la libertad es, ha sido y será siempre cívico, pacífico y democrático. Ninguno de los diputados independentistas sabrá hacerlo de ninguna otra forma», explicó ayer en la sesión de control al Govern en el Parlament.
Pese a las críticas recientes de la oposición por el comentario de Torra sobre la vía eslovena hacia la ruptura con España, el presidente catalán mantuvo su apelación a aquel país porque argumentó que consiguió ser un Estado independiente a través de unas «elecciones democráticas y un referéndum».
El mandatario autonómico explicó que en ese territorio balcánico se declaró la independencia con mayorías abrumadoras y por caminos democráticos, y apuntó: «Aquí acaba la vía eslovena», en alusión velada a que la violencia que hubo no es imputable estrictamente al proceso se secesión.