El CSKA retrata a la segunda unidad

SPC
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El equipo moscovita golea al Real Madrid en el Bernabéu y destapa las carencias del 'plan B' de Solari, que no da síntomas de remontada

El CSKA retrata a la segunda unidad - Foto: JUAN MEDINA

El Real Madrid encajó ayer la derrota más abultada de su Historia en un partido de Champions disputado en el Bernabéu, ante un CSKA al que no le sirvió ganar para acceder a la Liga Europa, pero sí para retratar a la segunda unidad merengue, liderada por un Isco apagado que se encaró con la grada.

El escenario era perfecto para probaturas, premios y oportunidades a los que no aceptan un nuevo rol en la plantilla y suspendieron. Todos salvo el primer acto de Vinicius y Asensio. 

Con el Bernabéu con menos afición de lo normal por el temprano horario del duelo, entre los meritorios sacó la cabeza el brasileño, que lo intentó siempre. Desde la izquierda fue el encargado de subir de marcha el partido. De paso, dejaba alguna exquisitez como un control en carrera de espaldas, dejando pasar el balón para buscar el remate de Benzema.

Asensio se echó el equipo a la espalda para acercarse al gol. Se desesperó después de cuatro ocasiones en las que no superó a Akinfeev ni a la cruceta, que repelió un disparo que buscaba la escuadra. 

Por momentos, en el esfuerzo de buscar el gol, el Real Madrid se partía con Isco, Asensio y Vinicius descolgados. Cuando el derroche físico de Fede Valverde no llegó a todo, los espacios provocaron los goles. Vlasic avisó pero no encontró puerta y a la segunda llegada rusa llegó el disparo colocado de Chalov y, seis minutos después, la falta de tensión defensiva en un saque de banda, dejó solo a Mario Fernandes ante Courtois, que evitó la primera, pero nada pudo hacer ante el remate a placer de Schénnikov.

Como ocurrió en Moscú, el CSKA daba la campanada y repetiría el planteamiento del Luzhniki. Se parapetó en su terreno para defenderse sintiendo que ya tenía el botín que buscaba, puntuar para ser tercero y acceder a la Liga Europa. Nunca pensó que el Viktoria dejase su esfuerzo sin premio.

Había entrado Bale por Benzema y Kroos reaparecía para ganar ritmo de competición. La derrota no descentraba de los objetivos a Solari. Con el pase asegurado como primero, no hubo espacio para la heroica en un partido intrascendente. No lo era para la grada, que la tomó con Isco tras perdonar una contra de Vinicius, con todo para marcar y tardar en decidir. Dejó un gesto a la grada que provocó un pulso innecesario.

Ante la falta de puntería madridista, fueron los moscovitas los que rozaron el gol en propia puerta. Primero Becao y posteriormente en un disparo de Valverde que rebotó en dos defensas y detuvo con fortuna Akinfeev. 

Cualquier intento de remontada se frenó en seco cuando Bale dio el susto de la noche al torcerse el tobillo. Entró y salió del campo dos veces, no pidió el cambio, pero, renqueante, dejó al Madrid con 10. Y este se desplomó.

En la adversidad no apareció Vinicius, Asensio se fue apagando y el CSKA aprovechaba para firmar la sentencia con un disparo seco cruzado de Sigurdsson.