Cinco restaurantes respondieron a la llamada y sus responsables se dieron cita ayer, en la cocina de Cascajares, en un taller organizado dentro del programa de desarrollo de la truficultura en la provincia que impulsa la Diputación con la colaboración de la Cátedra de Micología de la Universidad de Valladolid (UVa) y las empresas de biotecnología palentinas ID Forest y ECM. En la introducción a la actividad, la presidenta de la institución provincial, Ángeles Armisén, defendió la trufa palentina y su uso en los platos como género «nuestro» e hizo hincapié en que se trata de un producto de «alto valor añadido». El director de la Cátedra de Micología, Juan Andrés Oria de Rueda, colocó la trufa local entre las «mejores del mundo», entre otras razones por el «clima potente». Alfonso Jiménez, en calidad de anfitrión en tanto el taller se desarrollo en Cascajares, valoró la apuesta por la trufa de Palencia. Una acción que calificó de «idea excelente» y avanzó que dedicará una parcela a ese producto.
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