Algo más de 150 personas tomaron parte esta mañana de una actividad que pretendía «visualizar los problemas de muchas gente» que sufre la pobreza, tanto en el ámbito más cercano como en el resto del mundo, explicó Jesús Diez Sánchez, delegado diocesano de Pastoral Social.

El grupo, precedido de los dulzaineros de Villamartín, «porque no se trata de una marcha trágica, sino festiva», recorrió la calle Mayor portando pancartas con lemas como «Ser pobre no se escoge»; «no soy pobre, soy una persona»; «trabajar debe ser suficiente para vivir dignamente» o «migraciones forzadas no». Daban respuesta al llamamiento lanzado por el Papa Francisco para la jornada mundial contra la pobreza, que se celebra hoy domingo.

La marcha tuvo dos paradas: una a la altura del monumento a la mujer palentina, donde Nuria Andrés procedió a la lectura de varios poemas relacionados con la pobreza, y finalmente en el Salón. Allí el grupo de teatro  A ninguna Parte de Villamuriel representó cómo en ocasiones los derechos humanos acaban pisoteados por la propia sociedad.