Los participantes exigieron a las administraciones que trabajen "unidas" para evitar el cese de actividad. "Les hemos votado para hacernos la vida mejor, no para oír reproches sobre de quien es la culpa del cierre", argumentó en el manifiesto, Eduardo Ibáñez. En respuesta a la decisión de Iberdrola, el manifesto planteó el "abandono masivo" de clientes tanto en la comarca de Guardo, como en los entornos de Langreo. "Una forma real de protesta que sí que les dolería, porque perderían 30 millones de euros al mes", afirmó Ibáñez.