Al menos 19 personas murieron ayer y más de 40 resultaron heridas en un ataque en un instituto en la ciudad de Kerch, en la península de Crimea, que los investigadores trataron primero como posible atentado terrorista y después como un asesinato masivo llevado a cabo por un estudiante del propio centro educativo, quien se cobró 17 vidas para, posteriormente, suicidarse. 

El joven, de 18 años, habría entrado en la escuela disparando con un fusil y, posteriormente, detonó una bomba cargada de piezas de metal en el comedor. Después, se fue a la biblioteca, donde se pegó un tiro.

Fuentes policiales priorizaron inicialmente la hipótesis de la explosión de gas, para después encender todas las alertas ante un posible atentado, al comprobar que había estallado un artefacto. Apenas una hora después, la investigación confirmó que se trataba de un acto cometido por un alumno de la escuela politécnica, si bien no se detallaron más informaciones. Solo que la mayoría de víctimas eran adolescentes, estudiantes del centro, y que muchos de los cadáveres presentaban heridas de bala.