La tradicional gala suele ser una oportunidad para que los candidatos muestren su cara más ligera, su mejor humor y se burlen de sí mismos. Pero entre Trump y Clinton la tónica general han sido los comentarios ácidos y la descalificación del rival, recibidos con abucheos del público. Los candidatos, eso sí, se han dado la mano al menos en una ocasión, lo que no hicieron en el último debate